La perspectiva regional ha cedido frente a los impulsos individuales y descoordinados de los actores políticos con vocación internacional, como México de López Obrador o el Brasil de Lula. Las plataformas multilaterales como la OEA, MERCOSUR y otros, están en un período crítico para su supervivencia, expuestos a dependencias políticas y restricciones presupuestales.
Se amerita un proceso de reconstrucción de las visiones conjuntas a nivel regional, iniciativas particulares como la de Brasil para conformar un grupo de países que aborden el conflicto en Europa, son muy interesantes e innovadoras, pero carecen de la fuerza que pudiera tener una perspectiva latinoamericana; la Política exterior de países andino amazónicos es el mejor ejemplo de ello: división, supremacía de intereses nacionales; Operaciones de cambio de régimen. El Sur Global se ve obligado a priorizar las políticas ambientales , especialmente en relación a la Amazonía, el Cambio Climático, el cambio de matriz energética y los esfuerzos de conservación y lucha contra la contaminación.
Es clave el mantenimiento de diversos principios clásicos de la Política exterior latinoamericana: condena de todo tipo de colonialismo, el respeto a no injerencia y no intervención en asuntos propios. Sin embargo, se producen diversos casos de lawfare en América Latina, con múltiples modalidades sobre concurso del Parlamento, rol de la prensa en la opinión pública (factor de distracción, producción de fake news, uso intenso de redes sociales), grupos religiosos, etc.