Entre el 9 y 10 de marzo del 2023, un grupo de analistas, ex funcionarios, académicos y activistas latinoamericanos en el marco del “Dialogo Latinoamericano” que organizaron la Asociación Nacional de Centros de Investigación y Promoción Social (ANC), así como la plataforma LATINDADD, Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social. Su objetivo fue establecer un espacio de reflexión y análisis sobre las tendencias del escenario latinoamericano, y presentar propuestas, para fortalecer la capacidad de negociación colectiva de nuestros países en los asuntos internacionales que nos incumbe como región, en el marco de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe CELAC (creada el 2011)[1].
- Antecedente: el caso peruano.
La crisis política, económica y social que tiene lugar en el Perú, no es sino el último capítulo de muchos otros sucesos ocurridos entre el 2002 y 2023 en la región, de crisis presidenciales y rupturas legales promovidos por grupos políticos conservadores con claras conexiones externas, azuzados por una prensa concentrada que secuestra la verdad, y, una creciente protesta social y el reacomodo de los actores políticos domésticos, que desencadenaron cambios de gobiernos progresistas. Anteriores intentos de golpes parlamentarios jurídicos y/o mediáticos ocurridos en Venezuela (abril 2002), la destitución de Manuel Zelaya de Honduras (junio 2009), el intento de destitución de Rafael Correa (setiembre 2010), la destitución congresal del presidente Fernando Lugo de Paraguay (junio 2012), la del presidente Evo Morales en Bolivia (2019), y la más reciente asonada, el intento de toma del Congreso en Brasil (enero 2023), demuestran que -aunque formalmente se acusa con base legal al ex presidente Castillo de intento de rebelión- se trata de la nueva modalidad del “lawfare” o neo golpismo en América Latina, que es en definitiva una confrontación entre la restauración autoritaria y los afanes populares de democratización en el continente.
En el caso peruano (diciembre 2022), observamos no solo el perfeccionamiento de una sucesión constitucional formalmente válida, luego de varios años de confrontación entre poderes, vacancias, censuras e interpelaciones. Representa también, el intento de “toma del Estado” a partir del copamiento de instituciones públicas por los poderes fácticos dentro y fuera del Congreso de la República, con el apoyo de las FFAA y de la Policía Nacional. Actualmente se configura en el Perú un escenario por fuera del ámbito electoral, cuyo objetivo es perpetuar el modelo a través de la violencia institucional, pese a que, en la práctica, la población reclama y protesta por el agotamiento del modelo político y económico representado por la ideología neoliberal que se asentó a partir de la Constitución de 1993. Mientras que la OEA ha reaccionado a través de sus diversos mecanismos, la CELAC no lo ha hecho, por sus propias características y debilidades institucionales, como mecanismo de concertación que requiere del consenso explícito de los países.
- Primer Eje: Democracia y Derechos Humanos.
Esta segunda ola progresista parte con problemas particulares en cada país, así como una fragilidad económica que cruza el hemisferio. El debate partió con un importante recuento histórico de la evolución de la democracia en la región, respecto de la evolución de los derechos humanos; no se puede abordar la política, separada de la economía, con mayor razón en países primario exportadores. Se planteó la necesidad de defender la democracia, conforme esta adquiere características propias en cada situación, el tema de las sanciones efectivas por violaciones a los Derechos Humanos, no permitir la delincuentización de la actividad política, la redefinición del concepto de pobreza y desarrollo, el abordaje de los problemas de la Amazonía y la promoción de las culturas originarias, así como poner atención efectiva a los graves problemas de la corrupción en la administración pública, la narco política y la Guerra contra las Drogas. A nivel de la acción se sugiere acciones conjuntas y respuestas regionales como una forma de ejercicio de una nueva diplomacia.
No obstante, los avances formales ocurridos en el marco de los Derechos Humanos, falta mucho para que estos se territorialicen en las sociedades urbanas y rurales de América Latina. Ha habido casos de gobiernos principalmente de derecha, pero también progresistas, que han usado el término para someter poblaciones y para atizar guerras blandas o híbridas en sus países. La CELAC tiene un enorme reto para replantear el concepto tradicional de los Derechos Humanos, desde nuestra perspectiva histórica y colectiva, lo que podría ser un acto de soberanía continental. Reto fundamental de partir de nuestra marginalidad global, para mejorar los niveles de comunicación entre sociedades y países, nos ponemos a la defensiva y no somos propositivos. Los participantes exigen que en el marco de la CELAC se planteen principalmente los elementos o denominadores comunes y no solo debatir nuestras diferencias.
- Segundo Eje: América Latina y el Orden Económico Internacional.
El escenario económico internacional es incierto y desfavorable para los intereses de América Latina, como consecuencia de la pandemia y la guerra en Europa. Somos un territorio en disputa entre China y EE. UU, mientras que la mayoría de países aplican el modelo productivo primario exportador con fuerte dependencia de los mercados externos, que dan lugar a nuestra fragilidad económica. Partimos de una incapacidad histórica para abordar regionalmente temas estratégicos. La primera responsabilidad de los países de la CELAC es con sus pueblos, para lo cual se sugiere que las reservas se usen para impulsar nuestro desarrollo.
Se plantearon temas esenciales para ser abordados de forma transversal, tales como el hambre y la seguridad alimentaria en la post pandemia, los temas laborales (política salarial y la reducción de la jornada de trabajo), los Estados como agentes de cambio y fortalecimiento del comercio intra regional, apuntar a las empresas por alianzas público privadas, creación de cooperativas de producción e integración, sistemas productivos integrados, la idea de un Banco de Desarrollo (vivienda, servicios) y/o de un Banco Ecológico Amazónico, así como la comunicación popular integrada, las acciones de promoción de energías renovables, la nacionalización de la prestación de alimentos (stocks, regulación), la premiación a empresas que cumplen con responsabilidad social, o el uso de mecanismos de compensación de operaciones y cuentas entre países. Si bien la CELAC carece de las capacidades para diseñar y acordar políticas monetarias o fiscales, se puede hacer de ella en un espacio progresivo de articulación colectiva regional. Para ello urge tener posiciones comunes en asuntos básicos, como otros esquemas de integración. La articulación de políticas monetarias y fiscales es muy compleja y la Comunidad Andina falló durante 50 años en esta tarea. Lo mismo le pasó al sistema centroamericano. Siempre hemos tratado de copiar a la Unión Europea pero ese modelo es irrepetible y, además, tampoco está carente de problemas, en este punto
- El Dilema Ambiental Global y América Latina.
No se puede soslayar la base colonial de nuestras economías, y por ende sus impactos negativos sobre el ambiente en América Latina. La cuestión climática y la atención que se ha puesto sobre ello, ha ocultado la magnitud del dilema ambiental global, mucho más grave e irreversible. Se ha creado una gobernanza ambiental universal que reproduce viejas estructuras excluyentes y poco participativas. Es el caso de los mecanismos de financiamiento climático que ha pasado a ser un proceso de financiarización que reproducen las viejas estructuras vigentes.
Por otra parte, la guerra en Europa del Este y el sistema de sanciones impuestos, ha terminado con los cambios logrados, permitiendo el retorno de la opción de la energía nuclear, así como la detención de los esfuerzos de descarbonización. Otro elemento que debe ser contemplado, es la Deuda Ecológica acumulada históricamente, por años de explotación de recursos provenientes del Sur (extractivismo). Con relación a la Amazonia, debemos ir más allá de la economía política de esta región y sus habitantes para aterrizar en una ecología política de sus sociedades. debemos comprender que lo que se está produciendo es un cambio ambiental global y no solo un cambio climático. se trata ahora de la apropiación del suelo, el subsuelo y el vuelo por parte da las comunidades y nuevo estado a construir. En ese marco, creemos que la CELAC debe promover la reapropiación de la riqueza y no la mercantilización de la Naturaleza, mediante soluciones nacidas en el seno de la región.
- Propuestas.
Se sugirió analizar y monitorear el proceso CELAC simultáneamente, a través de una agenda global y una regional, en el marco de otros espacios de integración, como el africano y el euro asiático que tienen en común una herencia colonial; asimismo, entender que es parte de un proceso histórico de integración sub regional (CAN, MERCOSUR, Alianza del Pacífico), muchas veces declarativo, pero que cuenta con algunos mecanismos que si han funcionado (CAF, FAR, la idea del peso andino). Los gobiernos progresistas actuales, tienen que hacer lo necesario para que CELAC funcione sobre dichos procesos previos.
En la actualidad, el escenario internacional se caracteriza por una transición geopolítica convulsionada, con riesgos de mayores escenarios bélicos, acompañada de una gran inestabilidad de los mercados, una disminución de las inversiones. la cooperación internacional luego de una etapa asistencialista y desarrollista, ya no cumple sus objetivos, se ha restringido a logros monetarios y no de desarrollo humano, el crecimiento se ha ralentizado. Por ello, proponemos:
- La CELAC debe tener una visión integral e integradora sobre los grandes temas continentales: Democracia, Economía, Derechos Humanos y la protección del agua y los bosques;
- Fortalecer el trabajo de la CELAC Social, a partir de la búsqueda de la mayor coherencia entre las acciones de los gobiernos y la propia CELAC, a partir de la incorporación de una diplomacia de los pueblos;
- La articulación de las políticas internas sobre Seguridad y Defensa Nacional con la política exterior individual y colectiva, sobre la base de la Seguridad Humana;
- Garantizar la participación de múltiples actores (no solo diplomáticos) para lo cual se propone un mecanismo de Consejerías Presidenciales que den seguimiento político económico al proceso de la CELAC, desde la prospectiva política aplicada para la construcción de escenarios futuros y como mecanismo para decisiones estratégicas de los gobernantes;
- La CELAC debe abanderarse con la premisa de inclusión de las mujeres en la toma de las decisiones políticas, sociales y económicas: para marcar la diferencia entre el modelo capitalista patriarcal y explotador de la naturaleza, hacia otro inclusivo y de cuidado de la madre tierra;
- La defensa cerrada de la multipolaridad como principio rector de las relaciones internacionales en y desde América Latina y el Caribe;
- Reafirmar la idea de América Latina como Zona de Paz, No Alineamiento frente a la nueva Guerra Fría y la no intervención.
[1] Entre 2017 y 2021, la CELAC tuvo un hiato de cuatro años sin encuentros presidenciales. La I Cumbre se reunió en Santiago, Chile (27 y 28 de enero de 2013); la II Cumbre tuvo lugar en La Habana, Cuba (28 y 29 de enero de 2014), la III Cumbre se realizó el 28 y 29 de enero de 2015, en San José, Costa Rica y la IV se realizó en Quito, Ecuador (27 de enero de 2016).