R. Soberón, 2010.
- Introducción.
Desde que se inició el siglo XXI, el tablero de ajedrez sudamericano se ha caracterizado por lo dinámico e imprevisible de su distribución y movimiento. En la última década se han producido cambios políticos significativos en la región. De otro lado, existen suficientes elementos que parecen indicar que los EE.UU. han perdido alguna capacidad de previsión y de influenciar en el desenvolvimiento de los hechos políticos, económicos y sociales en la región. Es cierto que los países de A. Latina mantienen un largo período electoral democrático, salvo algún caso aislado de interrupción institucional, como ocurrió en el caso de Honduras (28 de junio, 2009) o Ecuador. Pero solo ese hecho aislado ha tensionado de alguna manera las relaciones y agendas hemisféricas, poniendo en tela de juicio varios de los mecanismos e instituciones existentes. En ese marco, culminó en Lima la Cita de 33 cancilleres de los países miembros de la 40va Asamblea General de la OEA, con una mezcla de frustración y paciencia (ver Declaración de Lima).
La fotografía actual de la región nos muestra el mantenimiento de hasta tres grandes espacios regionales, frecuentemente divergentes entre ellos: i) el bolivariano, conformado por el eje de Cuba, Venezuela, Bolivia y en ciertos aspectos el Ecuador, en grandes temas como es la no intervención de EE.UU mediante acuerdos militares, el equilibrio de los asuntos comerciales, la aplicación de los programas antidrogas, tales como la fumigación, la extradición de narcos, la interdicción marítima contra barcos civiles, el “Plan Colombia” con menos recursos y el caso de Angostura, entre otros ii) el liberal, compuesto por México, Colombia, Perú y Chile, de franco apoyo a la Carta Interamericana, el TLC con EE.UU y, iii) el pragmático, conformado por Brasil (merece atención aparte en su proceso de gestación y afirmación como un poder mediano/grande), Argentina y Chile, con visiones más realistas en materia de política exterior regional, global y respecto de EE.UU en particular.
Al mismo tiempo y siguiendo en el imaginario “macondiano” de García Márquez, A. del Sur es un escenario donde confluyen los más diversos factores de convulsión e inestabilidad, tanto tradicionales como en el Pacífico Sur, por el litigo peruano chileno, la mediterraneidad boliviana. O también, factores intra estatales nuevos, como son la extensión del narcotráfico y otras formas de criminalidad organizada, que condicionan el carácter de las relaciones entre los países e incluso la vida cotidiana de las personas en los diversos cinturones fronterizos que cruzan nuestros países (criminalidad, secuestro, extorsión).
En el plano económico, el BID dice que la región crecerá 3%, en el 2010, aunque convivan modelos políticos distintos de desarrollo en la región. La crisis financiera en EE.UU. determinó la caída de las remesas hacia la región en un orden del 15%, respecto del 2009. Sin embargo, la situación posterior a dicha crisis financiera, permiten algunas señales de recuperación de la economía norteamericana y latinoamericana. A pesar de la crisis, el gobierno de EE.UU. mantiene pues un interés activo en la región por el aumento de las posibilidades del comercio, las inversiones en minería, energía, el desarrollo de las comunicaciones, en circunstancias que la institucionalidad hemisférica sufre cambios sustantivos. Los temas tradicionales como narcotráfico, migración, se ven de algún modo subordinados por la expansión del comercio intra hemisférico y la presencia global brasileña, temas que deben ser incorporados en la agenda hemisférica. En este contexto, el objeto de este documento es analizar la forma como se amoldan la vieja/nueva institucionalidad hemisférica colectiva en curso, con los lineamientos de la administración demócrata de Obama, y, los nuevos vientos geopolíticos latinoamericanos.
- La Política de Obama.
Se trata de determinar la capacidad del gobierno de EE. UU en el siglo XXI para heredar y mantener los criterios de ascendencia, hegemonía, predominancia, preponderancia y destino manifiesto, que manifiesta Kissinger en su obra[1], para los EE. UU en el siglo XX. Pareciera que los edificios atacados el 9/11, es decir el sistema financiero y militar son los que más sufrieron tal como lo manifiesta la situación actual de la administración Obama
La principal herencia que ha debido asumir el gobierno de Obama en el campo político, es la consolidación del concepto de la guerra contra el narco terrorismo, a propósito del ataque contra el movimiento Talibán en Afganistán. Luego en el 2003, se produjo la invasión de Iraq y la consiguiente derrota de Saddam Hussein. La ejecución de la guerra contra el terrorismo global, no solamente incluyó estas dos intervenciones abiertas que hasta hoy continúan, sino también otros elementos como las detenciones de sospechosos, la tortura, la reclusión ilegal en la Base de Guantánamo (US$ 500 millones en gastos para equiparla como prisión que albergó hasta 680 detenidos incluido Khalid Sheik Mohamed, cabeza de los atentados del 9/11[2], o la simple extensión del concepto de “narcoterrorismo” a los escenarios que van desde la frontera mexicana, las selvas colombianas y peruanas, hasta el Chaco paraguayo. En A. Latina, particularmente en Colombia y Perú, se conformaron nuevos escenarios geo políticos, siguiendo el patrón norteamericano en Asia Central y Medio Oriente para consolidar una guerra contra dos enemigos diametralmente distintos, por un lado, las FARC, el ELN, SL, los paramilitares, entre otros; del otro, la economía del narcotráfico y el crimen organizado alrededor de este negocio.
La política de EE.UU. hacia A. Latina, ha estado en segundo plano, durante los primeros 10 meses del gobierno de Obama y ello le ocasionó una serie de perjuicios tanto en negocios como en su capacidad de preveer la dinámica regional en diversos asuntos. Hasta la elección de Arturo Valenzuela como Sub Secretario Adjunto para Asuntos del hemisferio occidental, los viajes frecuentes de la Secretaria de Estado Hillary Clinton, hacia sus países preferidos, tuvieron como objetivo recuperar el tiempo perdido por el debate Capitolio-Casa Blanca, así como por factores internos. Ello explica la presencia en la asunción del presidente Mujica del Frente Amplio uruguayo, y el apoyo brindado a la Argentina, para retomar el dialogo con Inglaterra sobre las Malvinas. Pero, ¿Cuánto de discursivo hay en estos hechos?
La generación de un relativo” vacío de poder” de Washington, en lo que se refiere al manejo de las relaciones internacionales hacia A. Latina, permiten que muchas cosas sigan funcionando como en la época de su predecesor, George Bush, considerado quizá el peor presidente de EE. UU, en más de 200 años de historia. Este más interesado en Al Queida, no pudo modificar la evolución de los acontecimientos políticos, los mismos que permitieron la subida al poder de Hugo Chávez en Venezuela, Rafael Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia, los Kirchner en Argentina y otros regímenes políticos que se posicionaron, paulatinamente, mas lejos de los dictados tradicionales provenientes de Washington. El gobierno de Barack Obama tiene muchos retos para recomponer las relaciones en la región.
Pese a los primeros discursos optimistas de Obama en la V Cumbre de las Americas de Trinidad y Tobago (abril 2009), para una mejor y nueva relación con los países de la región, la situación no se presentó fácil. Si por el lado hemisférico se enterraron los postulados de la I Cumbre en Miami (1994, concepto del ALCA), EE. UU ratificó quince años después en este foro colectivo, la importancia de la lucha contra el narcotráfico y su versión moderna, el “narcoterrorismo” con el apoyo de los países de la región.
Pese a los importantes cambios que ocurren en la política doméstica norteamericana relacionada a las políticas de drogas[3], fundamentalmente eliminando el enfoque represivo e incluso permitiendo políticas estatales relacionadas al uso médico del cannabis, hay varios elementos de la política tradicional norteamericana hacia la región que permanecen. Es el caso de la “certificación antidrogas” a pesar de la existencia del MEM (instrumento de evaluación). Otro caso es el uso intensivo de la extradición en el caso de grandes delincuentes y la deportación en el caso de los migrantes. En Colombia, es el mantenimiento del financiamiento y operatividad de las acciones de aspersión aérea, cuando se ha demostrado su inefectividad. Por último, la creación de la IV Flota alrededor de las riberas de los océanos Pacífico y Atlántico[4], el “Plan Mérida” con México desde el 2006.
Asimismo, ocurre, con la lista de aquellos países que no cooperan contra el terrorismo. El Departamento de Defensa mantiene las prohibiciones de compra de material de defensa de origen norteamericano a los gobiernos de Hugo Chávez y Evo Morales. La diferencia la puso el Ecuador. Recientemente, el gobierno de la Revolución Ciudadana de Rafael Correa, anunció la suscripción de convenios antinarcóticos y de protección de la frontera norte con EE. UU (fundamentalmente dirigido a la parte civil y militar del Plan Ecuador).
Para muchos analistas[5], el propio seguimiento sobre el convenio para uso de siete bases militares entre EE. UU y Colombia (octubre 2009), antes que a las FARC parece tener otro objetivo: detener la influencia externa del chavismo y construir un potencial caso bilateral conflictivo. A pesar de la aceptación de la Señora Clinton a informar sobre el Acuerdo Militar en el escenario de UNASUR (declaraciones durante reciente visita a Quito en junio del 2010), la preocupación permanece en tanto pueda originar una escalada de tensiones entre los dos países (recordemos las malas relaciones entre Juan Manuel Santos posible presidente colombiano y el presidente venezolano Hugo Chávez). La reciente decisión de la Corte Constitucional dejó en entredicho el Convenio. En enero del 2010 (14/1), se produjo la visita de James Steinberg, segundo de la diplomacia norteamericana y de Christopher Mc Mullen (Asuntos hemisferio occidental), a Bogotá y Lima. Tuvo como centro el comercio. En el caso colombiano estudiar como vencer la resistencia demócrata al TLC con EE. UU, en el caso peruano, implementación de las partidas para acceso a mercado norteamericano, caso palta Hass, y, la profundización de la lucha antidrogas.
Como dice la Sra Clinton, se trata de construir: “Engage in a more robust diplomacy”. En este marco se produjo la visita de Alan García a Obama, con los efectos mediáticos para el primero. Por la parte peruana, además del presidente estuvo el Canciller García Belaúnde, el Embajador en EE. UU Luis Valdivieso y el encargado de Asuntos Américas, Embajador Javier León. Esta visita se produce en circunstancias que la Casa Blanca ha hecho la solicitud presupuestal 2010/2011 caracterizada por la reducción de solicitud presupuestal para Perú, pese al aumento del compromiso peruano para reducir 15,000 hás de coca el 2010. Esta reducción presupuestal deja con poco piso, a las agencias peruanas: DEVIDA, CORAH, UMOPAR, DINANDRO, pero también a sub contratistas y consultores. Entonces, el gobierno de Alan García se queda con el encargo de reducir cultivos, pero sin los recursos para efectuarlo.
Pero por otro lado, el gobierno de EE.UU ha seguido publicando sus informes anuales sobre Narcotráfico (International Narcotics Matters Report, 2010) que continúan haciendo evaluación unilateral sobre el comportamiento de países como el Perú[6] en otras materias como DD.HH, que se añadieron a los de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes JIFE /ONU, así como un reciente reporte de la Dirección Nacional de Inteligencia, que considera al Presidente Chávez como una amenaza contra los intereses norteamericanos en la región. Finalmente, el 22/2, la Comisión Interamericana de DDHH publicó el reporte contra la democracia en Venezuela y ésta anunció su renuncia al sistema de protección, como lo hizo Perú en la época de Fujimori.
Decididamente, en lo que se refiere a la “Guerra contra las Drogas”, mientras algunos Estados como Arizona y California toman pasos consistentes para desmantelar las políticas represivas, el Departamento de Estado insiste en mantener completamente “narcotizadas” las relaciones con los países andinos: deja a Bolivia sin ATPADEA, encierra a Venezuela con acciones militares muy cerca de las fronteras, acusándola de no ejercer control sobre sus cielos. Así pues, es más evidente, que el candidato Obama resultó ser mucho más promisorio que el presidente Obama y todo parece indicar que será un presidente un período, dejando extrañar la tradición de sus predecesores como Roosvelt, Kennedy y Clinton.
- La Cuestión Brasileña.
Existe la necesidad de Washington, de restañar heridas con la fortalecida diplomacia de Itamaraity (Brasil) que ha sido dañada por sucesivos acontecimientos. La crisis de Honduras, la instalación de bases en Colombia son dos casos específicos. Así se explica, por ejemplo, porque el presidente Lula, no se reunió con la Secretaria de Estado Hillary Clinton “por un asunto de jerarquía” durante su visita al Brasil. Además de una agenda políticamente compleja, Clinton debió de hacer negocios y no perder posibilidad de la compra de 36 aviones de combate por parte de la fuerza aérea brasileña.
Pero también los problemas sobre las relaciones de Brasil con Irán y su apoyo al programa nuclear de presidente Ahmadimeyad, han generado comprensibles problemas en las relaciones y posiciones de Brasilia con Washington. La firma del pacto del 17/5 sobre intercambio de uranio con fines médicos, entre Ankara, Teherán y Brasilia causó molestia visible del Departamento de Estado (y luego en el Consejo de Seguridad de la ONU), mientras el presidente Lula insistía en reconocer que sus iniciativas iban de la mano de lo conversado con el presidente Obama. Aparentemente, la iniciativa y protagonismo brasileño no son bien visto por un EE. UU debilitado y que tiene que afrontar crisis en Irak, Afganistán/Paquistán, Corea.
Varios temas han deteriorado la relación, en momentos que Brasil ocupa lugares más evidentes en el plano global y pareciera que así desea hacerlo sentir en Washington. Incluso, es el país que más dinero gasta en la región en compra de armas: US$ 27,124 millones el 2009[7] como lo muestra el caso de la empresa Embraer y la venta de los aviones Tucano a diversos países. Aparentemente, también habría ocasionado molestias en Brasilia, la decisión de los militares norteamericanos de dejar por fuera de juego a las fuerzas de MINUSTAH en enfrentar la catástrofe del terremoto y la atención de la crisis humanitaria en Haití, en enero del 2010. Sin duda, aparte de ser un problema de real politik entre la potencia histórica y la potencia emergente, constituye un fuerte debate político académico de los límites entre lo humanitario y lo militar. Asimismo, a los problemas luego de la crisis del golpe de Honduras y su epílogo con la elección de Lobo. Como “cereza en dulce”, Lula conversa en La Habana con los hermanos Castro, cuando acaba de conocerse la muerte del preso político Orlando Zapata.
En el plano interno, la elección de su heredera Dilma Rusaeff permite plantear las posibilidades de darle continuidad al reformismo de Lula (2002/2010). Aparte de todo esto, la existencia de algunos problemas comerciales bilaterales (subsidios) Permanecen los problemas comerciales con el algodón americano subsidiado y la retaliación brasileña, contra otros productos americanos.
- ¿OEA, CELAC, Nueva Institucionalidad?
Los límites que tiene la OEA para conocer, prevenir y solucionar los focos de tensión, son un hecho de la realidad y el lastre de Haití y Honduras se pasea por el ambiente. Por otro lado, demuestran que se mantiene la fragmentación/debilitamiento y los riesgos de una eventual explosión de los mecanismos institucionales multilaterales.
Una institución creada durante la Guerra Fría, que depende de 60% de los aportes de los gobiernos de EE.UU, muestra sus limitaciones en la crisis política de Honduras.
Las elecciones de su Secretario General, plantearon enormes retos[8] sobre su viabilidad institucional para afrontar los retos hemisféricos. Insulza (mayo 2005) tiene un segundo mandato y su continuidad frente a un recambio, se basa en planteamientos de un “multilateralismo moderno”. Sus críticos consideran que no ha hecho mucho para consolidar la democracia hemisférica (Honduras, deterioro en Venezuela) ni ha cumplido las promesas y deseos de Washington de ver reformada la Carta Democrática de la OEA para prevenir, impedir procesos políticos alternativos. Aparentemente, la re elección de Insulza permitió sopesar los balances, de un lado de Brasil, Colombia, parte de América Central y CARICOM, mientras no tenía asegurados el de sus vecinos directos, ni el de EE. UU y los países ALBA. Así pues, la organización optó por la alternativa de un segundo período de Insulza, en vez de un proceso electoral con candidaturas polarizadas, para evitar los problemas electorales anteriores (2005). Como si dejaran que Insulza se encargue de labor de “sepulturero” ….
En el plano de la integración económica, la CAN ni el MERCOSUR han resuelto problemas estructurales que han impedido su adecuado funcionamiento como mecanismos sólidos de integración comercial que representan la voz de los actores concernidos. En este contexto, el caso de los diversos TLCs y acuerdos comerciales, como el caso con la UE sugieren que los mecanismos de integración tradicionales han sido “petardeados” por las nuevas fórmulas de integración económica. En este sentido, ha sido la aceptación de velocidades variables (por un lado, Colombia Perú, del otro, Ecuador, Bolivia en torno al ALBA que agrupa a países con modelos políticos y económicos parecidos). Pero esto tiene otra consecuencia y es que ahondará la actual crisis de la CAN y de la mayor división entre los países de la sub región; La UE no ha podido negociar con una sola CAN, como quisiera hacerlo en el caso de Centro América y el MERCOSUR y ello ahonda las diferencias entre dos modelos en marcha que profundizarán las diferencias en A. Latina y A. del Sur.
La uniones caminan más rápido por el lado de la comunidad de recursos e infraestructura, como es el caso de Petrosur que une a Venezuela, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay detrás del petróleo y el proyecto conocido como el “Anillo energético” a través del cual Chile, escaso en gas, busca uniéndose a Argentina y Brasil, presionar al Perú para que nuestro gas de Camisea llegue a sus territorios. Luego tenemos el acuerdo conocido como Petroandina, encabezado por Venezuela en la XVI Cumbre de Presidentes de la Comunidad Andina une al mundo andino tras este energético, fenómeno parecido a Petrocaribe que une a Venezuela con el conjunto de países caribeños, incluido Cuba para compartir el petróleo. Algo similar se puede decir con los 31 proyectos que ahora integran la plataforma del IIRSA y el desarrollo de su red de infraestructura carretera y de otras vías de comunicación sub regional (Pacífico/Atlántico). Así pues, la solidaridad e integración latinoamericana prima en estos casos frente a los intereses hegemonistas y particionistas de la unidad continental.
En el campo político, el destino del Grupo de Río, como principal mecanismo de concertación política subregional aun está por definirse. En la reunión del Grupo de Río en Cancún, los 25 presidentes anunciaron la creación de la Comisión Latinoamericana y del Caribe, CELAC (22/23 febrero), sin EE.UU. ni Canadá, después de dos años de presentada la propuesta por presidente Correa (2008). Aparentemente, el CELAC se trataría de un mecanismo de concertación/integración política antes que un instrumento económico de integración, de un bloque que lamentablemente está fragmentado y a veces polarizado. En julio 2011, se realizará la próxima Cumbre en Venezuela y allí se debe aprobar la estructura/arquitectura del nuevo mecanismo.
La Comunidad Sudamericana de Naciones se convierte en el vehículo más eficaz para consolidar los diversos procesos de concertación política e integración regional efectiva. Debe ser entendida como una eficaz iniciativa provocada por las sucesivas cumbres presidenciales de mandatarios sudamericanos, que se inicia en el año 2000, en Brasilia (FHC). Luego vendrían las cumbres en Guayaquil (2002)[9], Cusco 82004)[10]. Esta entidad fue reemplazada, finalmente por UNASUR[11], entidad que agrupa al conjunto de la comunidad sudamericana. Lo positivo es que agrupa el tema y la agenda del novísimo Consejo Sudamericano de Defensa que incluye reuniones de viceministros en Manta, debate sobre medidas de confianza y seguridad (propuesta de protocolo de paz, seguridad y cooperación), discusión documento sobre Movilidad Aérea norteamericano que busca aumentar capacidad de despliegue. Asimismo, produce la reunión de los vice ministros del interior. Sin embargo, UNASUR no está exento de posibles problemas que afronta el mecanismo sobre su mandato, funciones. Acaba de superarse el largo impasse sobre el nombramiento de su secretario el ex presidente argentino Néstor Kirchner, pese a que tiene aspirtaciones de retorno a la presidencia y ello pone en duda su capacidad de gerenciar el organismo desde sus inicios.
Como puede observarse la arquitectura institucional hemisférica, latinoamericana y sudamericana se encuentra en permanente convulsión como consecuencia de la aparición y reconversión de numerosas instituciones regionales de diverso tipo y jerarquía. Es cuestión que cada una de ellas, pueda encontrar su viabilidad y destino a partir de las necesidades de sus miembros
- Pero, ¿Cómo anda el Patio?
Más allá de los diversos canales de intercomunicación entre América Latina, la región en los últimos años se ha venido moviendo con ritmo e intensidad inusitadas, por fuera de las previsiones del Departamento de Estado y Defensa norteamericanos, excediendo incluso las propias agendas políticas y sociales establecidas por la OEA.
A nivel bilateral de los países, hace mucho tiempo no pasábamos fases de conflictividad y turbulencia, como las que hemos atestiguado en los últimos meses y años. Es el caso Ecuador Colombia por los hechos del ataque a la localidad de Angostura 2008, que determinó un largo período sin relaciones[12]. O, como también ocurre con la actual situación de crisis permanente en las relaciones colombo venezolanas, afectadas frecuentemente por la diplomacia del micrófono (apoyo al golpe, paramilitares, bases, captura de guerrilleros). Pero los líos entre Caracas-Bogotá a lo largo del 2009 también han tenido su causa en temas políticos, (situación de las frontera, el convenio con EE. UU sobre bases militares), que terminaron en el incidente de Cancún; un reciente documento de Ministerio de Defensa colombiano, señalaba que una vez recibido el armamento de Rusia (US$ 5,000 millones), “no podía desestimar la posibilidad de un ataque venezolano”, llamando a mejorar el sistema antiaéreo.
Por último, Perú Chile, por la demanda en La Haya, mantiene la efervescencia en el Pacífico Sur. La extensión y consecuencias del posible involucramiento de Ecuador, permite perfilar de forma más clara los puntos que se ponen en contradicción frente a la Corte de la Haya: la teoría del paralelo actual que defiende Chile versus la bisectriz y el principio de equidad que plantea Perú.
En el lado de los países del ALBA, la relación entre Caracas, la Habana, Quito, la Paz, está basada fundamentalmente, en lo económico, lo político, construyendo progresivamente sus propias estructuras. Curiosamente, el ex presidente Zelaya, ha sido contratado para dirigir Petro Caribe. No obstante, se ha producido en los últimos meses una disminución de la influencia exterior de Hugo Chávez, debido posiblemente a la coyuntura de su propio país (problemas energéticos y económicos domésticos). Lo propio ocurre con Ecuador, donde el gobierno de Rafael Correa debe emprender los postulados de su nueva Constitución y lidiar con las demandas indígenas y otros sectores. Por ejemplo, la reciente ruptura de la CONAIE[13] con el gobierno de Rafael Correa por la política minera de su gobierno. Posible unidad con la UNE y la FEUE.
Persisten, aunque más en el plano doméstico, varios problemas de carácter social y étnico, que atraviesan la región andina en particular, con posibles consecuencias internacionales. Es el caso del impulso de la minería intensiva en el Ecuador (demandas contra trasnacionales, protesta indígena), la erradicación de coca de Asunta en Bolivia, los enfrentamientos amazónicos en el Perú, que mal manejados, pueden convertirse en una bomba de tiempo para los regímenes formales.
En México y Colombia, con el apoyo de la comunidad internacional, se libran cruentas batallas con grupos irregulares y organizaciones criminales complejas, con grandes costos en términos de seguridad y desorden[14]. La ciudad fronteriza de Ciudad Juárez, es la más violenta del mundo (homicidios) y se constituye en el paradigma de las enormes limitaciones que tiene el concepto de guerra aplicado a situaciones de orden público.
Las bandas emergentes en Colombia, las alianzas con grupos armados (ELN, AUC, SL, narcos locales), el manejo de “corredores” y fronteras para los negocios ilícitos configuran un novedoso y preocupante mapa de las relaciones internacionales en América del Sur. Como dice DEAS, “Hay factores que hacen que el gobierno de EEUU se preocupe por Colombia: la droga, los intereses de Estados Unidos en el petróleo y los oleoductos, la proximidad con Venezuela y las políticas imprevisibles del presidente Hugo Chávez”[15]
Junto con el Perú, son los tres territorios donde convergen programas políticos, económicos y militares solidificados, articulados para asegurar continuidad de las inversiones extranjeras, concesiones, explotación de recursos y materias primas, asunto de interés para Washington. Baste mirar los niveles e inversión en la Amazonía peruana[16]. Hacia estos países parece haberse sentado la atención preferente de la diplomacia norteamericana, y desde allí, tener los canales de comunicación y monitoreo de los otros regímenes latinoamericanos
En este último país, se da fin a un período el de la administración de Alvaro Uribe (2002-2010) que deberá intentar transferir su capital político y gestión de gobernante al posible presidente electo, Juan Manuel Santos, quien además de asegurar la cooperación norteamericana, deberá mantener el legado de la política de seguridad democrática[17], que tantas dudas y problemas ha generado.
Otro reto que tiene la diplomacia colombiana, es acercarse hacia Sudamérica, pues entre 2002/2010 la Colombia de Uribe “miró hacia el norte” y se aisló relativamente del resto de la región. Paradójicamente, los éxitos visibles en el combate a las FARC no se ven seguidos de una situación parecida en el plno de las drogas: el narcotráfico está mutando bajo el concebido impacto de la teoría del “efecto globo” hacia Perú y Bolivia.
La situación del conflicto armado colombiano es que, a nivel interno, el Gobierno de Uribe ha conseguido recuperar control sobre el territorio y aislar militarmente de relativa a las FARC, ha desmovilizado a los paramilitares aunque con serias dudas sobre su efectividad y legitimidad, pero no ha terminado de forma definitiva con ambos fenómenos ni con su capacidad de influir en las regiones del país.
La criminalidad organizada, la actuación militar de las FARC han tenido y tienen mayor incidencia en fronteras y zonas alejadas de la Orinoquía, Amazonía y el Pacífico colombianos. Ahora sí, podemos decir que se debe reconocer la existencia de impactos regionales políticos del conflicto armado colombiano y las fronteras. Tal es el caso de los escenarios producidos por la dinámica del conflicto en las localidades de Angostura cerca al río San Miguel, la región entre Santander y el Estado Táchira, o la aún más lejana entre el departamento colombiano de Arauca y el Estado venezolano de Apure.
Aparecen las acusaciones de supuestas relaciones entre las FARC y Sendero Luminoso, cuando en los años 80/90 no existieron vínculos, ni programáticos, ni estratégicos. De acuerdo a las ya famosas “computadoras” incautadas luego del bombardeo de Angostura (marzo 2008), las autoridades confirman las acciones de entrenamiento de gente de las FARC a determinados cuadros de SL, como Víctor Quispe Palomino (Artemio/Alipio).
Ahora, estos acercamientos pueden tener un mejor asidero: la confluencia geográfica con el tema del narcotráfico, en cualquiera de sus modalidades, es muy evidente para ambas organizaciones. La mayor debilidad estructural de ambas organizaciones respecto a las épocas pasadas, así como la existencia de relaciones sociales en regiones muy particulares: raspachines, cocaleros. Pero también sirve de asidero para el incremento de la cooperación e intercambio de información e inteligencia, entre los gobiernos de Colombia y Perú, a todo nivel Justicia, Orden Público, Inteligencia, Seguridad. Curiosamente, ocurren muy cerca de las acusaciones de un magistrado español sobre relaciones ETA FARC, a través de gobierno de Hugo Chávez, lo que representa otro problema, esta vez con España.
A manera de conclusión, la situación emergente en la región latinoamericana parece estar compuesta, por tres influencias claramente identificadas: en primer lugar, la transición entre la vieja y la nueva institucionalidad hemisférica colectiva, que resiste el paso de CAN/MERCOSUR hacia CELAC, UNASUR, ALBA. Este proceso de cambio institucional se produce en un escenario diverso y complejo donde hay multiplicidad. ¿Cómo se posicionan los organismos nuevos y los viejos? constituye parte del reto que le proporcionará un adecuado régimen de estabilidad y una arquitectura institucional funcional a la región.
En segundo lugar, los lentos cambios que produce la administración demócrata de Obama en sus políticas hacia la región, además marcadas por sus propias contradicciones e indefiniciones, constituyen un enorme reto para el posicionamiento hemisférico y en la definición de los grandes “cuellos de botella” y escenarios problemáticos, dentro y fuera del hemisferio. Todo parece indicar que la inexperiencia y las múltiples ocupaciones internacionales en la agenda del Departamento de Estado (Corea, Irán, terrorismo global, Medio Oriente), no están dejando suficiente espacio para que EE. UU haga prevalecer en América Latina sus valores, o como lo decía Alexander Hamilton “the coolest calculations of interest”[18]sea por las vías diplomáticas, como por las vías de hecho.
En tercer lugar, los nuevos espacios abiertos por diplomacias pujantes como la de Brasil, y en menor medida Venezuela y Cuba post Fidel Castro, caracterizadas como la fuerza que le ponen los nuevos vientos latinoamericanos, les otorgan renovado dinamismo a los burocratizados ritmos hemisféricos. Nuevas agendas como la Cumbre de los Pueblos sobre Cambio Climático (Cochabamba Bolivia), nuevos actores como es el caso del Foro Social, el ALBA, determinan otra correlación de fuerzas en la región. ¿Cuál de estas tres tendencias predominará, en los próximos años?
Entendemos que habrá un período de transición en el hemisferio, en la que confluirán –o no- las tres tendencias que se han tratado en este ensayo, hasta que se determine un nuevo escenario con partes de todas ellas.
[1] KISSINGER Henry, “Does America need a Foreign Policy? Toward a Diplomacy for the 21st Century”, 2001.
[2] SCOTT Higham y FINN Meter, “Cam Costil”, Washington Post, June 7th, 2010
[3] “U.S. War on Drugs has meet none of his goals”, AP, May 14th Associated Press, según Gil Kerlikowske, zar antidrogas norteamericano, 40 años después, US$ 1 trillón y miles de vidas a cuesta, la guera contra las drogas parece no haber funcionado.
[4]Información adicional se puede encontrar en www.militarizaciono.blogspot.com
[5] ISACSSON Adam, Conferencia sobre “Cooperación Militar de EE.UU en América Latina”, 18 de diciembre del 2009, CIDDH y Mesa sobre Militarización, Lima.
[6] Remnants of the terrorist group Sendero Luminoso (Shining Path, or SL) are increasingly reliant on drug trafficking for funding and were active in 2009, as in previous years, in ambushing and killing police and military personnel in the UHV and in the Apurimac and Ene River Valley (VRAE). For instance, in September, SL shot down a Peruvian military helicopter, killing the pilot and copilot who had been sent on a rescue mission to evacuate wounded soldiers ambushed by SL while on patrol. Since 2006, 33 Peruvian National Police (PNP) officers and 2 CORAH (Control and Reduction of Coca in the Upper Huallaga) employees have been killed in SL attacks. In May, the President of the Council of Ministers (PCM) presented the “Strategy for a Comprehensive Intervention- Plan VRAE” to the Congress, which was aimed at strengthening the State’s presence in the VRAE and supporting development projects. Peru had three ministers of interior in 2009 and the installation of each new minister resulted in other staffing changes at the ministry. These changes somewhat hampered the GOP’s ability to efficiently prosecute a counternarcotics strategy in 2009.
[7] Seguido de Colombia (US$ 10,055 m), Chile (US$ 5,683 m), México (US$ 5,490 m), Venezuela (US$ 3,254 m), Argentina (US$ 2,608 m), Ecuador (US$ 1,821 m) y Perú (US$ 1,502 m). SIPRI, 2009 Report.
[8] Washington Post lo criticó el 1/3, como excesivamente “tolerante” frente a los gobiernos alternativos.
[9] “Consenso de Guayaquil sobre Integración, Seguridad e Infraestructura para el Desarrollo”.
[10] Declaración del Cusco”. Aparece la idea de una comunidad como espacio sudamericano integrado.
[11] Presidencia ecuatoriana agosto 2009, hasta agosto 2010
[12] TORRES Arturo, “El Juego del Camaleón. Los Secretos de Angostura”, Quito 2009. SALTOS Napoleón y otros, “Angostura. Disputa Geopolítica”. Marzo 2010
[13] ECUARUNARI su instancia más fuerte, ha cambiado de dirigencia, Delfín Tenesaca, precipitó ruptura de mesas de diálogo.
[14] SOBERON Ricardo, “La Criminalidad Organizada alrededor de la Cocaína”, en El Perú en el Entorno Global, Instituto de Estudios Políticos y Estratégicos, diciembre 2007.
[15] DEAS MALCOLM,”El Nuevo Mundo: La Cambiante Percepción Internacional del Conflicto Colombiano y su Impacto en el País” en Terrorismo y Seguridad”, Planeta y Semana, , 2003
[16] (http://www.ibcperu.org/noticias/pdf/infografia-inversiones-amazonia-23-febrero.pdf).
[17] ESQUIVEL Ricardo, “Colombia Indefensa” 2001, NAVARRO Guillermo, “Plan Colombia. ABC de una tragedia” marzo 2002, “El Plan Colombia y la Internacionalización del Conflicto”, IEPRI, agosto 2001, ESTRADA ALVAREZ Jairo Editor, Plan Colombia. Ensayos Críticos”, Universidad Nacional, 2001,
[18] KISSINGER Henry, ob cit, página 237.