Nos enfrentamos desde América Latina ante una situación de una suerte de confluencia de múltiples fuentes de inestabilidad, volatilidad, confrontación y conflicto simultáneos. Algunos provenientes de la época de la vieja Guerra Fría (1945-1991), como el actual conflicto en el Donbas, que ocasiona una respuesta agresiva por parte de la OTAN que continua su proceso expansivo y que incluso pone en tela de juicio la estructura de desarme y de reducción de armas nucleares (STAR).
Unos conflictos son de carácter doméstico como ocurre en Sudán, Birmania; otros conflictos son de carácter vecinal como en Yemen, regional, además de las globales: situación histórica entre Israel y Palestina en el Medio Oriente, las permanentes tensiones sobre el Estrecho de Taiwán y el asunto nuclear en Corea del Norte, la recomposición en Asia Central y la guerra en Europa Oriental. Encontramos también que hoy en día el comercio y la economía son componentes fundamentales de la política exterior y las relaciones internacionales, en el ámbito comercial, financiero. Se pone en tela de juicio la consistencia del sistema creado en Bretton Woods, intentos de regularlo o reemplazarlo con otras monedas. A nivel comercial, las transacciones son determinantes para asegurar prosperidad y seguridad; la soberanía nacional se ve erosionada en estos asuntos (CIADI).
Por otro lado, identificamos nuevos espacios de equilibrio en las relaciones internacionales, donde el hegemón histórico, EE. UU, parece haber perdido eficacia, oportunidad y liderazgo en diversos planos de las relaciones internacionales, motivo por el cual se ve obligado a construir o reconstruir su sistema de alianzas en las regiones estratégicas.
Desde el lejano siglo XIX, la industrialización impulsada por Britannia en el siglo XIX, luego el rol de EE. UU luego del “New Deal” y el establecimiento de un nuevo orden mundial (1945-2000) que no se consolidó como permanente. Ahora se produce el advenimiento de China, con el uso de la digitalización y las nuevas tecnologías de 5G; aparecen también nuevos regímenes multilaterales y plataformas de dialogo y concertación, distintas a las establecidas luego de finalizada la II Guerra Mundial (desde Breton Woods hasta la propia ONU); se concretan alianzas en busca de una nueva estabilidad global: estamos ante el reto de darle forma a una nueva modalidad de multilateralismo en plena gestación, caso del G-20: límites y retos.
En su reciente viaje a la China, Lula plantea que el G20 se convierta también en un espacio político, circunstancia en donde Brasil vuelve a participar de manera proactiva en el escenario global. Con la reciente incorporación del reino saudí, se fortalecen espacios como la Organización para la Cooperación de Shangai (2001) como espacio de seguridad y estabilidad en la enorme Eurasia, o la Unión Económica Euro Asiática (2013).
En esta etapa de la post modernidad, el funcionamiento del viejo sistema internacional, sus organismos y procedimientos, se pone en tela de juicio. Por un lado, se mantienen y reproducen viejos problemas de la humanidad que no se resuelven como el racismo y la discriminación, formas renovadas de apartheid de facto o el mantenimiento de viejas prácticas colonialistas de ex potencias europeas alrededor del mundo (caso de Francia y Bélgica en el África, o Italia en la recepción de la migración).
La forma como se conducen las relaciones internacionales en el siglo XXI, se enfrenta a nuevos retos ante la aparición de nuevos temas transversales. Es el caso del uso político del ciber espacio y la ciberseguridad como lo acreditan los distintos “leaks”, fisuras y filtraciones contra los sistemas políticos y de defensa nacionales de las superpotencias, desde los casos de Snowden el 2013 hasta Julian Assange y los más recientes desde el propio sistema de seguridad de los EE.UU. Aquí debemos poner en relieve, algunos comentarios sobre este tema.
En primer lugar, se produce el choque entre el sistema universal de libertades y los esquemas rígidos de la seguridad nacional como concepto. Se trata de límites poco precisos entre el goce de derechos y las restricciones debidas a la defensa y la seguridad de un país. Segundo, evaluar los límites de los niveles de retaliación por parte de las agencias de seguridad comprometidas.
Luego, tenemos los dilemas que representan las nuevas aventuras de la exploración y explotación del espacio, el uso y desvío de nuevas tecnologías. Losque representa la Inteligencia Artifical en la determinación de posiciones y puntos de vista.
La existencia de un nuevo esquema de relaciones que se generan entre los detalles de la guerra en Ucrania, el sistema de sanciones inútiles a Rusia, y el advenimiento de la crisis de alimentos y energética (aumento precios de petróleo), inflación, caída del sistema financiero. Intento de China de ser protagonista en asuntos globales: entre paloma de la paz y perro de presa (lobo), presenta iniciativas, convoca a líderes, cimenta reuniones entre Arabia e Irán. Visita de presidente Macron, toma distancia respecto de Taiwán. Poca ética de aquellos países, entre otros de Europa Occidental, que proveen de municiones que serán gastadas en población civil rusa y ucraniana.
Un comentario
Thanks Iris, my only purpose is to produce mindful analysis of international affairs