Por Ricardo Soberón, analista
La política del “gran garrote” ha sido preponderante en la relación de EE. UU con América Latina, seguida de intensos procesos de intervencionismo directo en la década de los 70 (Operación Cóndor), matizados posteriormente -ya en el siglo XXI- por distintos casos de “lawfare” como los ocurridos en Paraguay, Honduras, Bolivia, Ecuador y el Perú, a través del uso de las diferencias que hay entre poderes, bloques y partidos dentro de cada país. Como señala este artículo, viejos y nuevos instrumentos de presión, caracterizan la relación de Washington con el hemisferio.
La reciente escalada de tensiones entre Bogotá y Washington, luego de la reunión entre excanciller Alvaro Leyva con congresista republicano Mario Díaz Balart para favorecer un supuesto golpe de estado contra Petro, llevó a la llamada a consultas de los encargados de negocios. En este sentido, la política exterior de Mr. Trump ha roto con todos los moldes conocidos en los libros de texto, en el sentido que no es aislacionista, como pregonan los adherentes de MAGA. En ese sentido, no solamente mantiene los niveles de presencia, asistencia, cooperación y entrenamiento militar en todo el hemisferio[1], sino que se resiste a cualquier posibilidad de cambio geopolítico en favor de terceros países (China).
- US$ 518,465 millones en transacciones comerciales entre China y LAC;
- 147 proyectos de procedencia china en la región andina, por US$ 46,000 millones
Además, despliega una nueva plataforma diplomática que descarta o minimiza su participación en plataformas multilaterales (OMS, UNESCO, los propios TLCs, su rol en la OTAN). Durante toda su campaña electoral la centró en la defensa de su país, el concepto de MAGA y evitar la invasión por migrantes criminales, en su mayoría provenientes de América Latina a través de México, como responsables de la crisis del fentanilo y la inseguridad de su país. Esto delineó de modo imperecedero su política exterior, atizada ya por un recrudecimiento del bloqueo y las sanciones contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, acusaciones de países que no apoyan suficientemente la lucha contra el terrorismo, eliminación de facilidades migratorias por motivos humanitarios, además de tibias certificaciones a Bolivia y Colombia en materia antinarcóticos.
Las respuestas individuales de los países latinoamericanos no se han hecho esperar: la presidenta mexicana mantiene el discurso de si al dialogo, pero cero subordinaciones; el presidente Lula anunció la adopción de sistema de pagos chino para sus transacciones comerciales; Colombia y ahora Ecuador se han incorporado a la Belt and Road Initiative de China (21 países de 33 del hemisferio se han adherido al BRI).
Respecto del tema de los aranceles, tuvo varios momentos, la amenazas principalmente respecto de sus socios de América del Norte, los plazos hasta el 9 de julio, las condiciones de negociación. Hasta que aparecieron, las recientes iniciativas de impuestos a las remesas, el arancel a las importaciones de cobre[2] -que llevó a una repentina alza de precios- y la más reciente las amenazas contra Brasil hasta por un 50% de aranceles, a pesar de que la balanza comercial es deficitaria para Brasil (el 12% de sus exportaciones van a EE. UU)[3]. Su intento de reordenar el sistema comercial mundial sobre la base de la amenaza de sanciones a todo el mundo (2/4), con su posterior prórroga de 90 días (9/4) generó mucha incertidumbre. Finalmente, 23 países recibieron la carta de amenaza de aranceles, a partir de una nueva fecha, el 1 de agosto:
Brasil | Myanmar | Laos | Camboya | Tailandia | Bangladesh | Canadá | Serbia | Indonesia |
50 | 40 | 40 | 36 | 36 | 35 | 35 | 35 | 32 |
Argelia | Bosnia | Iraq | Libia | Sudáfrica | Sri Lanka | Brunei | Moldavia | Japón |
30 | 30 | 30 | 30 | 30 | 30 | 25 | 25 | 25 |
Kazajistán | Malasia | Corea del sur | Túnez | Filipinas | UE | México |
25 | 25 | 25 | 25 | 20 | 30 | 30 |
La mayor contradicción es que las medidas arancelarias van a favorecer el comercio de China con los países de América Latina. Ahora, las cosas se ponen más complejas pues Trump pone en la mesa de negociaciones temas no comerciales, usando el comercio como arma política de presión para otros temas de la agenda bilateral: con México, exigiendo la militarización y hasta el cierre de fronteras para fortalecer la lucha contra las drogas, a Panamá amenazando con aplicar las cláusulas del tratado sobre Canal de Panamá; pese a ello, el gobierno panameño aun niega el paso gratuito de los buques militares norteamericanos[4]. El 6 de julio hizo lo propio contra los miembros de los BRICs, al amenazar a los países que pretendan aplicar políticas antiamericanas. Y más recientemente, al gobierno de Lula en Brasil, poniendo en tela de juicio las decisiones judiciales contra el expresidente Bolsonaro, así como sendas acusaciones por ataques judiciales brasileños a empresas tecnológicas norteamericanas. Trump sanciona a Brasil, a pesar de la poca disposición de Brasil de apoyar en el marco de la Cumbre de los BRICs la concreción de una plataforma económica por fuera de la influencia de EE. UU y Europa. Así como Europa se ve obligada a rehacer su política de seguridad por fuera de EE. UU, es más urgente la conformación de un mecanismo de alta política procedente del Sur Global (más específicamente de América latina), que tenga la capacidad de reaccionar rápida y concienzudamente a la forma de hacer política exterior por parte de Trump.
En los próximos meses, la diplomacia de Washington estará sustentada en seis principios de real politik el efecto vértigo (la diplomacia de los trinos), bilateralismos a la carta (Millei, Bukele, Noboa), el garrote comercial (Brasil y México), lo interméstico potenciado (migración, criminalidad), la securitización de las relaciones y la espada de Damócles del intervencionismo (Panamá).
[1] https://www.defensa.com/defensa-naval/buque-usns-comfort-marina-estados-unidos-despliega-dos-meses
[2] https://apnews.com/article/copper-tariff-prices-ai-energy-china-trump-df365850cd0e9acb293d5b676f839e78
[3] https://ustr.gov/countries-regions/americas/brazil
[4] https://www.defensa.com/centro-america/continua-negativa-transito-gratuito-buques-marina-estados-unidos