UNA NUEVA DIVISION DEL MUNDO.

Por Ricardo Soberón

Se habla de un cambio de época, del fin de la unipolaridad norteamericana, pero en realidad lo que ocurre en esta segunda década del siglo XXI, es la división del mundo, de una forma impensada. Ya no son necesarios los muros físicos en las fronteras, aunque en muchas partes se vienen construyendo, desde Haití República Dominicana hasta la frontera americana y algunos lugares de Europa y medio Oriente. El discurso inaugural de Trump fue un parteaguas que delimita el escenario global: el nuevo mandatario tuvo una intervención mesiánica, proteccionista, expansivo e imperial que no guarda relación con la actual correlación de fuerzas.

De un lado, tenemos un mundo hiper desarrollado, donde confluyen los G7, DAVOS, UE, que tienen un alto consumismo de agua, combustible y que piensa en las nuevas tecnologías, y en llegar a Marte. Tienen acceso a la tecnología más avanzada en diversos sectores de la producción y de la vida, hasta en la industria bélica (es el caso del Club nuclear). Mientras, siguen nuevos capítulos de la lucha por la seguridad y transición energética, entre los que apuestan por los renovables y los que siguen con su apuesta a la energía fósil.  Además, tienen el protagonismo en la definición de los grandes temas internacionales: califican, sancionan, coactan, definen situaciones en las periferias geográficas (por actos de terrorismo, piratería, así como criminalidades diversas), desde las grandes cumbres internacionales hasta las políticas más esenciales para los seres humanos. Este grupo de países, mantienen el grueso de los aportes internacionales para causas comunes de la humanidad (Fondos, financiamiento de la ONU) y son susceptibles de utilizar el poder militar para ejercer hegemonía.

Del otro lado tenemos a la gran la mayoría de los países hiper empobrecidos, compuesto por países africanos, asiáticos y latinoamericanos (más de 150), cuyas poblaciones mayoritarias ven incumplidos sus derechos sociales esenciales. El trabajo informal y la pobreza de los trabajadores ha vuelto a los niveles anteriores a la pandemia: 402 millones de personas sin trabajo[1].

La realidad internacional de la post pandemia se caracteriza por la profusión de Estados débiles, con altas cotas de informalidad y son frecuentes los Estados fallidos. Dichas formas estatales son receptores de conceptos, criterios, paradigmas y teorías del conocimiento provenientes del Norte. Así, se aplican en sus territorios regímenes y subsistemas jurídicos extra nacionales (en materia de DDHH, comercio), escondiendo el hecho que hay una profunda contradicción entre políticas comerciales y flujos demográficos. Es el caso de Ucrania, Siria, Venezuela, Panamá, que se convierten en monedas de cambio entre los intereses de los superpoderes.

Sus economías son fundamentalmente extractivas, son exportadores de materias primas y tienen un escaso nivel tecnológico. Tienen mayores posibilidades de sufrir las consecuencias y de respuesta de desastres naturales.

Existe un profundo desbalance entre uso de recursos naturales, de energía, de agua, entre el Norte y el Sur, mientras este último mantiene el pago de la deuda externa: según CAFOD[2], 54 países del mundo tienen crisis de deuda y 57 están en camino de llegar a ella. Hablamos de un servicio de la deuda por US$ 1.4 billones el 2023, de los que 406,000 millones son por intereses[3].

Los países desarrollados se pueden dar el lujo de ser prepotentes, abusivos y unilaterales, tal como lo ha demostrado el presidente Trump en su discurso inaugural respecto de América Latina; los países del sur exportamos crimen y corrupción. Por otro lado, existe la asimetría del cambio climático, quienes son los mayores emisores y quienes pagan el costo del aumento de temperatura: pese al acuerdo de COP 29 por US$ 300 billones anuales hasta el 2035[4].

¿A quien se le aplican las sanciones, los procesos y las denuncias?  En el caso de la Corte Penal Internacional, usualmente a funcionarios o autoridades de países del Sur Global. No se aplican a los países desarrollados como USA (por secuestro y tortura en Guantánamo, Abu Graib, suministro de armas a Israel), Australia o Europa, en tanto atenten contra la seguridad nacional.

¿Qué los conecta a estos dos mundos?

El flujo incesante de migrantes, aunque el problema es más complejo: desplazamiento interno, refugio y migración completan la figura. Hay 168 millones de trabajadores migrantes según la OIT[5]. Asimismo, el fortalecimiento de las economías ilícitas que obligan a su población a subordinarse a sus actividades, en una suerte de pax criminosa que se extiende sin cesar entre sociedades y gobiernos.

Por otro lado, a la presencia de diversos tipos de conflictos étnicos, políticos, religiosos, con múltiples actores (Sudán, Libia) así como diversos grados de violencia, especialmente contra poblaciones vulnerables (mujeres y niños), debemos aumentar los riesgos de nuevas guerras comerciales por aranceles versus libre comercio y los tratados que lo protegen. En su mayoría, los tráficos ilícitos vienen del sur, hacia el Norte (oro, cocaína). Asimismo, redes comerciales asimétricas disfrazadas de libre mercado sujetos a trabas arancelarias de un solo lado. En un plano más clásico de “guerra fría”, se produce en enero del 2024 el aumento en tres veces del número de incursiones chinas en el Estrecho de Taiwán, lo que agrava la situación,   

Los puentes tendidos por grandes plataformas comerciales, desde los TLCs hasta plataformas más grandes, con importantes avances comerciales y la impronta de los tecno millonarios ahora aupados en el poder, pero no así los avances sociales. Los flujos poblacionales no tienen las mismas libertades que los bienes y servicios. En ese sentido, sufre el discurso de derechos humanos y de democracia que cae en saco roto, desde la perspectiva occidental. Abundan los gobiernos de distinta naturaleza, islámicos, autoritarios, populistas. Tal es la división que está sufriendo el mundo en el siglo XXI y América Latina corre el peligro de quedar descolocada.


[1] “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo, Tendencias 2025”, OIT.

[2] https://cafod.org.uk/news/campaigning-news/debt-justice-needed-now-to-tackle-climate-crisis

[3] https://www.worldbank.org/en/programs/debt-statistics/idr/products

[4] https://www.visionofhumanity.org/no-time-for-victory-laps-after-cop29/?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=future_trends_details_of_icc_arrest_warrants_for_israel_and_hamas_leaders_us_seeking_to_force_google_to_sell_chrome_browser_salmon_return_to_river_after_100_years&utm_term=2025-01-17

[5] https://ipsnoticias.net/2024/12/los-migrantes-tienen-un-papel-vital-en-la-economia-mundial/

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