La realización de la X Cumbre de las Américas en República Dominicana ha perdido relevancia -desde su origen en la primera Cumbre de las Americas realizada en diciembre de 1994 en MIami, EE.UU, frente una compleja realidad latinoamericana y caribeña. HAsta ekl momento, son cinco los países ausentes: Cuba, Nicaragua, Venezuela, Colombia y México. Lo que comenzó siendo un importante instrumento de diplomacia regional, hoy se ve resquebrajada por las diferencias que se dan en múltiples niveles, (i) entre el Norte, Centro y Sur, ii) entre LAC y el Caribe, iii) entre progresismo y conservadurismo, iv) entre cercanía o lejanía con EE. UU, son los principales vectores que hacen las diferencias entre los 34 miembros. Pese a que en la práctica existen varios asuntos para estar colectivamente preocupados en la escala hemisférica.
Uno es el caso de los recurrentes medidas de Trump contra Colombia y Venezuela, dos países caribeños y andinos que sufren diversos embates de parte de Washington. Esta escalada comprende varias formas, unas más políticas, otras más militares que incluyen el uso de armas de guerra con fines policiales en aguas internacionales, así como la autorización para acciones de la CIA en territorio extranjero, en una nueva modalidad de injerencia neocolonial. Pero también tenemos el asesinato extrajudicial de 29 personas bajo sospecha de llevar drogas, injerencias diversas y amenazas directas contra gobiernos del hemisferio.
Otro vector es la inestabilidad política recurrente, el absoluto vaciamiento de las categorías e instituciones democráticas y su reemplazo por formas autoritarias de representación, como sucede en varios países, desde Ecuador, El Salvador, Perú. El uso de formas variadas de desinformación y manipulación
Y el tercer vector de preocupación es la inseguridad ciudadana en ámbitos urbanos y rurales: por un lado, grandes urbes donde cunde la violencia de la criminalidad organizada, y del otro, amplios escenarios rurales donde cunden las economías ilícitas.