R. Soberón, analista
Los cambios en el escenario internacional provocan una triple respuesta de parte de países “no occidentales” articulados en el Sur Global. Esto es ocasionado por la posición distante respecto al dudoso sistema de sanciones que utilizan los países de Occidente, frente a gobiernos que no les son cómodos. Segundo, obedece a una mayor capacidad de articulación y presencia internacional, con ocasión de las estructuras de los BRICs.
Esto tiene una triple visión, la cuestión energética, que significó el desacoplaje de Europa de las exportaciones energéticas rusas, como consecuencia de la guerra en Ucrania. Esto ha hecho necesario encontrar nuevas modalidades y mercados en el Asia, para cubrir las necesidades energéticas (petróleo y gas) de países como China, Turquía; Luego, tenemos la restructuración de la cadena de suministros actualmente vigente para ofertar y proveerse de recursos. Sucede en materia automotriz, como en materia tecnológica (celulares), es decir una ruptura entre el sistema comercial y el sistema financiero de pago, que atenta contra la propia estabilidad del tradicional sistema de Bretton Woods, que confiaba en el dólar como divisa equitativa y justa para todos.
Tercero, nuevas formas de realizar acciones comerciales, una vez congeladas las formas tradicionales de pago por la expulsión de Rusia del sistema Swift. Estas son caracterizadas por un menor uso del dólar, como una forma de “de risking”. Es el caso de dos socios estratégicos, Brasil y China para sus transacciones comerciales. En menor medida, también apuntan en esa dirección Argentina y Chile, que buscan realizar transacciones directas mediante el yuan. En la actualidad, más que reemplazar una unidad monetaria, se trata del establecimiento de plataformas de intercambio, o establecer valores referenciales a las transacciones realizadas.
Por otro lado, los principales analistas señalan que se viene una gran crisis de la deuda desde el Sur Global. Esta absorbe un promedio del 38% de ingresos presupuestales, el 30% de los gastos de los 139 países estudiados, mayormente del Sur Global. Ello incluye a EE. UU cuya deuda pública es el 129% de su PBI y ello puede erosionar en un futuro la sostenibilidad del dólar. Es la peor crisis de la deuda e impide atender otras dimensiones de las distintas crisis de deuda, pobreza y ambiental[1]. Para el Jubileo 2025, el Papa Francisco solicita la condonación de la deuda externa y señala que, con la deuda ecológica, son parte de una misma moneda. De acuerdo con el World Social Report 2024[2], las múltiples crisis que vive el mundo impiden atacar la pobreza y reducir desigualdades. Solo algunos países han hecho uso de canje deuda por naturaleza: Ecuador, Barbados, Bahamas, El Salvador, Gabón, Belice y Seychelles[3]. Por ello es mas importante encontrar formas de “derisking” -que satisfagan las necesidades de Occidente, de China Rusia y del Sur Global en su conjunto-.
Constituye una mala señal para otros países que no sufren -en la actualidad- las consecuencias de las medidas financieras sancionatorias adoptadas por EE. UU y Occidente, ver la forma como son utilizadas por motivos geopolíticos. Esto les ha dado una nueva perspectiva en favor de pensar en mecanismos -comerciales y/o financieros- distintos al actual: mayores y mejores relaciones cooperativas entre países que sufren la misma vulnerabilidad que permita el intercambio flexible de energía, recursos o capacidad industrial, según las circunstancias. Es el caso de países exportadores de energía como Arabia Saudita, Brasil Rusia, Argentina, Iraq, que tienen un superávit comercial con China, y buscan arreglos vías la RBM (renmimbi chino). Otro caso importante es el de los países del Golfo y sus relaciones con el exterior: se ha producido la sustitución de una relación petróleo por seguridad (con EUU), a una relación petróleo por desarrollo (con China)
Se trata de intentos de separar el sistema comercial del sistema financiero internacional en el marco de la actual des globalización, para que no interfieran uno con el otro. Para enfrentar la adopción de reglas unilaterales para afrontar el comercio internacional de bienes (China) y/o de servicios (EE. UU), a través del establecimiento de tarifas, prácticas comerciales proteccionistas, términos desiguales, certificaciones y otras. El mejor ejemplo es el largo tiempo que ha tomado culminar las negociaciones entre UE y MERCOSUR para un tratado de libre comercio que engloba el 25% del GDP mundial. La resistencia de los agricultores franceses que tendrán que competir con los sudamericanos.
Los intentos de internacionalización del RMB frente al dólar, tienen el mismo problema del actual sistema financiero: que depende de la misma unidad monetaria, además de la presión que ejerce EE. UU a terceros países (Arabia, India). Lo que necesita un mundo como el actual, con tan distintos actores e intereses (energéticos, comerciales y financieros) es una plataforma segura, de libre acceso para países con diferencias institucionales y económicas, que sea de libre convertibilidad, para el arreglo de intercambios comerciales entre ellos.
La otra posibilidad, la búsqueda de una unidad monetaria propia de los BRICs, que representa el 31.7% del GDP mundial, mientras que el 2028, los BRICS 10 representarán el 37.9% del GDP mundial. Ello implica superar la cuestión del apuntalamiento que tiene para el dólar, los acuerdos sobre determinación del precio del petróleo en dólares, que tiene EE. UU con Arabia Saudita. Una propuesta es ligarlo al oro, como un valor referencial; otros plantean una canasta de monedas similares a los Derechos Especiales de Giro, ligados a la fortaleza económica de cada país. Lo cierto es que dada la estructura BRICs, y el sometimiento a la regla de consenso, lo más optimo es plantearla inicialmente como una unidad de cuenta, para favorecer arreglos comerciales en moneda local entre dos países BRIC. Una plataforma tal, que se maneje digitalmente, puede ser el primer escalón para la reforma del sistema financiero y un reemplazo para el soisterma SWIFT. En conclusión, en el péndulo de la globalización, hegemonías y revolución tecnológica, los intentos del Sur Global hacia la desdolarización y el “de risking”, deben ser tomados con calma. En conclusión, se debe tomar en cuenta, la importancia subyacente en el sistema basado en el dólar, como unidad monetaria global; en segundo lugar, existe un descontento compartido entre países desarrollados y en desarrollo por el actual sistema posterior a la Guerra Fría. Las tensiones del “desacoplaje” y el “de risking” de Occidente y del Sur Global: el balance de poderes ahora es favorable al Sur Global, como actor internacional.
[1] https://www.development-finance.org/files/Debt_Service_Watch_Briefing_Final_Word_EN_0910.pdf
[2] https://www.un.org/development/desa/dpad/publication/world-social-report-2024/
[3] https://www.reuters.com/sustainability/sustainable-finance-reporting/which-countries-have-completed-debt-swaps-nature-climate-2024-12-02/?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=future_trends_who_are_the_syrian_rebels_south_korean_president_facing_impeachment_countries_in_debt_swaps_for_nature_and_climate&utm_term=2024-12-19
Un comentario
Es cierto que el Dolar genera pobreza, genera impagable por la desmedida valoracion que tiene, y porque siempre tiende a subir el precio de los alimentos basicos, mas que regular o estabilizar la economia, generando un trafico de desigualdades economias en cada pais y personas naturales, afectacion que direcciona a la No obtencion de viviendas, educacion, trabajos, y prestamos de dineto que coadyuve al bienestar social de las personas…El dolar es simplemete discriminador que No genera igualdad de la economia en el mundo, y enrriquece al mas rico y empobrece al mas pobre…… DE ACUERDO CON QUE EL DOLAR AMERICANO DESAPAREZCA.