LAS RELACIONES DIPLOMATICAS EN AMERICA DEL SUR.

América Latina es el continente más violento y desigual del planeta, y eso no es poca cosa pues pone en entredicho los propios postulados de la Carta de la ONU en su aplicación práctica. Las relaciones diplomáticas entre los países de América del Sur se encuentran en el nivel más bajo de su historia, como consecuencia de los actos unilaterales de los distintos gobiernos, progresistas o conservadores. Es el caso del presidente Milei y su alineamiento absoluto con EE. UU e Israel[1], o el caso de Nicolás Maduro en Venezuela que se encuentra a la defensiva tratando de sostener su gobierno, luego del acto electoral del 28 de julio. Cuando estas relaciones se iniciaron a inicios del siglo XIX, se procedió a la separación de países, la determinación de las fronteras nacionales y el consiguiente arreglo de las diferencias que devinieron en guerras (Triple Alianza, del Pacífico, Acre, el Chaco). Luego, se dio inicio al proceso panamericano impulsado por EE. UU fue seguido por la inmediata incorporación de la región en la agenda norteamericana.

Pareciera que vivimos un segundo período del enfrentamiento entre comunismo/anticomunismo propio de la guerra fría y la vigencia de la doctrina de seguridad nacional (1945-1991). En un ámbito aún más amplio latinoamericano, podríamos dividir a los regímenes entre más o menos autoritarios y/o demócratas, pero esa graduación siempre ha existido y existirá en nuestro macondiano continente.

Los organismos multilaterales existentes (CELAC, OEA, UNASUR o MERCOSUR) se encuentran en fase de agotamiento. Muestran su escaso peso para revisar, corregir los frecuentes exabruptos de los presidentes Milei, Maduro y en su caso potenciar los intentos infructuosos de los presidentes Lula, Petro y Boric por encontrar una salida para el caso venezolano. Los relanzamientos multilaterales no han sido eficaces. Incluso otras entidades foráneas se pronuncian[2]. Los intentos infructuosos del presidente Lula por reposicionar a Brasil en el plano mundial[3]. Sus gestiones sobre Ucrania han sido declarativas o a lo mucho se ha plegado a las propuestas de China.

El peso diplomático de EE. UU en la región es demasiado fuerte, a veces provoca la distorsión de la política exterior con determinados países: direcciona y digitaliza la acción concertada, como fue el caso del denominado “Grupo de Lima” en su fracasado intento de dirigir los hechos en Venezuela. En otros casos impulsa la “securitización” de la agenda como es el caso de Ecuador, Haití y México, con distintos niveles de “éxito”. En otros casos, el tema prioritario es el de la migración (Triángulo Norte, Panamá) el hilo conductor de las relaciones con América Latina. Las tratativas de EE. UU con Venezuela post Acuerdo de Barbados, con la reducción de las sanciones.

Los países muestran una poca voluntad para actuar coordinadamente, en las actuales circunstancias, frente a temas que son realmente de importancia, como el cambio de matriz energética, el futuro de la minería, el crimen trasnacional, posición frente a las sanciones internacionales, o la posición latinoamericana frente a los cambios en el sistema financiero. Mas grave aún, es el caso de los incendios de los bosques, la sequía que viven las poblaciones y amazónicas el severo recorte de los cauces de los ríos de esa región. La próxima COP 16 a realizarse en Cali[4], constituye una oportunidad, pero a la vez una realidad trágica sobre la escasa voluntad de los países del Norte por impedir, prevenir y eliminar los incendios en la Amazonía.

La irrelevancia de los asuntos regionales en el escenario global, a lo mucho el narcotráfico yo la migración. Falta de iniciativa de las diplomacias latinoamericanas (y las pocas que toman Lula y Petro, se desinflan rápidamente, como es el caso de la mediación en Venezuela). Por otro lado, no hay análisis estratégicos en el plano político y se dejan en manos de diplomáticos inexpertos en temas trascendentales como es el cambio climático, la seguridad regional, la presencia de los grandes poderes en la región, el comercio internacional. Priman las negociaciones de último minuto, a cargo de las delegaciones representadas en las Embajadas, donde hay un pobre análisis político. Las principales webs de los think tanks norteamericanos o europeos[5], dedican muy escasa atención a Latinoamérica. Son frecuentes los intentos o verdaderas incursiones arbitrarias en legaciones diplomáticas, antecedidas de un uso desmedido del asilo diplomático por políticos legalmente perseguidos por la justicia de sus países.

Un primer grupo de países “aislados”, o que sufren las acciones unilaterales, como son Cuba, Nicaragua, Venezuela y en menor medida Bolivia y Honduras.  Sobre ellos actúan incluso, los propios países sudamericanos[6]. Analicemos por un momento, las principales iniciativas de los mandatarios latinoamericanos: el caso de presidente López Obrador en cuanto a las relaciones con México y EE. UU., a propósito de la migración y la guerra contra el crimen organizado. El presidente Lula y sus declaraciones respecto a la paz global. Luego, tenemos intervenciones de los presidentes Petro y Boric sobre temas específicos como es una salida al tema venezolano, aunque en distintas direcciones. Hace falta más elementos de política dura, antes que diplomacia de cocteles, para reafirmar posiciones propias, aunque compartidas. En la agenda de los presidentes latinoamericanos, ya no hay lugar para la política exterior que se deja en manos de los Cancilleres. Demasiada atención a la política doméstica, los problemas de gobernabilidad copan el tiempo presidencial. La preocupación de analistas, políticos y opinión pública va dirigida a lo concreto e inmediato de la política cotidiana (intentos de reforma, corrupción, violencia, escándalos).


[1] https://mppre.gob.ve/publicacion/2930-canciller-yvan-gil-israel-argentina-y-eeuu-son-una-amenaza-para-la-humanidad

[2] https://www.europarl.europa.eu/news/es/press-room/20240913IPR23907/venezuela-el-parlamento-europeo-reconoce-a-edmundo-gonzalez-como-presidente

[3] https://www.clarin.com/opinion/politica-exterior-brasil-coyuntura-desfavorable_0_8WFHgn5NW0.html

[4] https://www.cancilleria.gov.co/sites/default/files/FOTOS2024/Nota_informativa_COP16.pdf

[5] Council of Foreign Relations, Rand, Sipri, Institute for Economics and Peace.

[6] https://www.cancilleria.gob.ec/2024/09/12/ecuador-junto-a-otros-52-estados-se-pronuncio-en-la-onu-respecto-de-la-situacion-en-venezuela/

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