Queremos realizar un análisis más fino sobre algunas características comunes y particulares sobre tres grandes conflictos regionales internacionales que observamos por estos días. Las guerras que actualmente se libran en Sudán (África), en Ucrania (Europa) y en el Medio Oriente, incluyendo Gaza como la operación “Coraje de León” de la Fuerza Aérea israelí sobre Irán (Asia) constituyen el front line de la conflictiva mundial y reflejan la inoperancia del sistema de la ONU para prevenir, paliar o terminar con las causas de los conflictos. Aparte de los cambios bélicos producidos y que son parte de las innovaciones tecnológicas, como son el uso intensivo de drones, información satelital y la guerra electrónica, analizaremos algunas de estas características más políticas y conceptuales.
En cada una de ellas hay distinto nivel de injerencia de las potencias globales, con diferencias sustantivas en el nivel de injerencia. EE. UU, Europa, China y Rusia tienen distintos intereses que proteger en cada una de ellas. Por ejemplo, los niveles distintos de intervención de EE. UU y su proyección militar: en la guerra civil en Sudán, prácticamente alejados del desarrollo del conflicto mismo, en Ucrania con suministro limitado de equipos militares a Ucrania, y el apoyo total a Israel (municiones, equipos, tecnología), en el caso del Medio Oriente. La posibilidad de una intervención directa de EE. UU contra Irán -dejando de lado la presión estratégica- pone en tensión el ala intervencionista y el ala aislacionista del gobierno de ese país[1].
El peso relativo del Derecho Internacional Humanitario, en cada caso. Mientras en Sudán no se le da importancia en la prensa internacional, se incide en la situación ocasionada en Ucrania, y prácticamente se desconoce la catástrofe que ocurre contra la población civil en Gaza, dejando sin piso todos los intentos por activar los mecanismos de investigación y sanción previstos por la ONU, desde los de asistencia, hasta los de investigación judicial planteados por la Corte Penal Internacional, a pedido de Sudáfrica.
Los conceptos geopolíticos particulares que se encuentran detrás de cada uno de los conflictos. Mientras en uno es el tema de la expansión de la OTAN (Ucrania) pese a las evidentes fracturas que hoy en día se alzan entre Washington y sus aliados occidentales en Europa, los que deben reconstruir su propio paraguas disuasorio basado en las capacidades nucleares franco británicas; en otro de los conflictos, es la amenaza a la seguridad del Estado israelí por el programa nuclear iraní (Medio Oriente), mientras que, en el tercero, se trata de un simple enfrentamiento entre actores locales. Además, hay que agregar que en el caso israelí se trata de su intervención en Gaza, en Siria, el Líbano, y Yemen, en búsqueda de un predominio regional.
Los niveles de violación de las normas de Derecho Internacional son distintos y en distintos regímenes como el de DDHH, el de DIH, el de No Proliferación, así como la propia Carta de la ONU. Mientras que en el caso ucraniano se puede debatir sobre quien fue el primero en violentar normas precisas de derecho internacional (si la expansión unilateral o las agresiones ucranianas a la población de ascendencia y lengua rusa, o la operación militar rusa), en el caso de Israel-Irán, se somete a discusión la prevalencia del derecho a la defensa, o el principio de no agresión. Este último capítulo de la confrontación misilística y aérea entre Irán e Israel, es cualitativamente más perversa que los incidentes anteriores ocurridos en abril y octubre del 2024.
En cuanto a los objetivos de cada conflicto, uno es la búsqueda del poder (Sudán), en el caso ucraniano fundamentalmente se trata de respetar los territorios ganados por Rusia y el no acceso a la OTAN. En el caso de Gaza es de apropiación y remoción de población, mientras que en el caso iraní no solo se refiere a la terminación del programa nuclear, sino que según Foreign Affairs[2], se incluye la búsqueda de un cambio del régimen de los Ayatollahs. Hay que tomar en cuenta que cualquier involucramiento militar ulterior de Trump en territorio iraní representa una contradicción con su posición como candidato y en su presidencia.
Finalmente, en cuanto se refiere a la aplicación de las sanciones internacionales (personales y colectivas) sobre los contendores en cada uno de estos conflictos, observamos absoluta inflexibilidad con dos de ellos (Rusia e Irán) y absoluta flexibilidad con otro (Israel) y un progresivo levantamiento de las mismas en otro caso (el nuevo gobierno de Siria), lo cual demuestra el claro enfoque político de la aplicación de las sanciones internacionales.
[1] https://www.bbc.com/mundo/articles/c04dpn1nn42o
[2] https://foreignpolicy.com/2025/06/13/israel-iran-strikes-regime-change-nuclear-claims/?tpcc=trending_digest&utm_source=Sailthru&utm_medium=email&utm_campaign=Trending%20Articles%20Digest%20-%20061825&utm_term=general_marketing_no_site_visit_7day