RELACIONES GLOBALES: NUEVOS VIENTOS O VIEJAS TEMPESTADES.

Ricardo Soberón, analista

Un ejemplo de los cambios sustantivos que se producen en el centro de gravedad del poder en el mundo, lo muestra el hecho que es la segunda vez que una cumbre del G20 está impulsada por una troika del sur global: la coalición de los gobiernos de India, Brasil y Sudáfrica. Esto se ve acompañado, en paralelo, por el debilitamiento progresivo de la alianza transatlántica involucrada en una guerra sin fin, y su reemplazo estratégico por los acontecimientos que ocurran en el Indo Pacífico.

La relativa recuperación del ritmo de crecimiento global tras la pandemia, según el Índice Elcano de Presencia Global[1], no puede ocultar el mantenimiento de muchas inequidades no previstas por el grupo de poder internacional formal constituido por el sistema de la ONU (plasmados por reportes y acciones del PNUD, OMS, OIT), incumplimiento. Tampoco se puede soslayar la falta de aplicación de resoluciones de la Corte Penal internacional, cuando no les conviene a la dupla de Washington Tel Aviv[2], frente a los gravísimos hechos en Gaza. Importante que países como Canadá y Noruega hayan anunciado el cumplimiento de la resolución judicial internacional.

No obstante, las partes del actual sistema internacional no se percatan de las consecuencias para poner un límite al crecimiento acorde con lo que exige la crisis climática en el mundo. Se visibiliza con crudeza, el dilema entre las evidentes exigencias climáticas -mantener el límite de 1.5 grados promedio- y las necesidades económicas de los países en desarrollo, en diversas regiones desde África a la Amazonía.

En un mundo capturado por la geopolítica militar en la que la autorización de ataque en territorio ruso es seguida de cambio de la doctrina nuclear rusa -iniciativas lideradas por el gobierno de Biden en EE. UU y la proyección de su Estrategia de Defensa Nacional como último paso de su administración- se produce una alta competición de poderes. Hay numerosas guerras, conflictos, guerras híbridas, entre otras manifestaciones de la guerra ocurriendo en la actualidad.

Las plataformas económicas pierden piso y se convierten en terrenos de disputa entre sus miembros (APEC, G-20, reuniones periódicas del Banco Mundial o el FMI), mientras plataformas financieras como Black Rock consolida su influencia en Washington. Lo mismo sucede con otras plataformas, como la del Seventh Annual Peace Forum en Paris que pierden piso ante la gravedad de los acontecimientos. Mientras, han ocurrido diversos eventos de importancia económica mayor. Entre el 22 y 24 de octubre se realizará en Kazán, la Cumbre de los BRICS comor 4spuesta a los G-7 de parte de las economías emergentes. https://brics-russia2024.ru/en/.  Se trata de la primera reunión con los nuevos miembros, incluyendo los asociados[3]

En el Perú, se realizó la Cumbre APEC (21 economías, 60% del PBI mundial y 50% del comercio), con varias ausencias latinoamericanas que reflejan el nivel de ostracismo del régimen de Boluarte (Mex, Bras, Col), que se refleja en un territorio en disputa entre EE. UU con su geopolítica militar y la suscripción de convenios con Perú para la instalación de estaciones espaciales en Talara y la política comercial y de infraestructura por parte de China, a través de la puesta en funcionamiento del mega puerto de Chancay al norte de Lima, como parte de la Ruta de la Seda.

Incluso la Cumbre G20 en Río de Janeiro a pesar de albergar al 85% del GDP y el 77% de las emisiones globales de gases invernadero, ha perdido liderazgo colectivo. El presidente Lula decidió albergar dicha cumbre, bajo temas muy amplios y generales (hambre que afecta a 309 millones de personas en 71 países o la pobreza[4]). Temas críticos como la propuesta de impuesto a super ricos o el apoyo a la Agenda 2030, recibieron las dudas de Millei.

De forma transversal, en otra región del globo, se viene consolidando la Unión Económica Euroasiática, mientras que pierde fuerza el rol de APEC, Alianza del Pacífico e incluso el rol político de la OEA, como formas colectivas generadas desde Washington. Dicho fortalecimiento incluye la reciente incorporación de Irán, que además ha firmado un tratado de libre comercio con Rusia[5].

Estamos ante el declive irreversible del multilateralismo promovido a instancias del liderazgo histórico de los EE. UU en el último siglo. En contraste, estamos frente al posible surgimiento de nuevas formas colectivas de relacionamiento entre países, donde se amplían las formas de pago, la desdolarización, y la disminución de la predominancia de uno sobre el resto. Por otro lado, se espera que la UE se vea sometida a un relativo distanciamiento de parte de la nueva administración Trump, lo que la obliga a afrontar rápidamente por nueva institucionalidad y perspectiva en materia de política exterior[6]

Mientras, el gobierno saliente de EE. UU. continua con su política urbi et orbi de confiscaciones, expulsiones, intromisiones, no solamente en América Latina sino en otras partes del mundo, lo cierto es que regiones como Asia, África y América Latina seguirán siendo escenarios de disputa y confrontación entre viejos y nuevos poderes. En su despedida política, Biden reúne a miembros de Grupo Quad[7], AUKUS en la conformación de “asociaciones flexibles” como centro de gravedad de su estrategia global, en su intento de frenar el expansionismo chino sobre el Pacífico, desde que durante la presidencia de Obama cambiara el foco hacia China en el Pacífico. Por su parte, el régimen de Trump viene con su propia agenda proteccionista y disruptiva en múltiples frentes internos y externos. Esta es la difícil situación de transición en la que transcurren los acontecimientos internacionales

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[1] https://www.realinstitutoelcano.org/analisis/nueva-era-en-la-globalizacion-analisis-de-los-principales-resultados-de-la-edicion-2024-del-indice-elcano-de-presencia-global/

[2] https://www.cjpme.org/pr_2024_11_21_icc_arrest_warrants?utm_campaign=em_2024_11_22_demos&utm_medium=email&utm_source=cjpme

[3] Kazajistán, Malasia, Nigeria, Turquía, Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Uganda Uzbejistán, Vietnam.

[4] El 10% más rico de la población posee la mitad de los ingresos mundiales, mientras que la otra mitad solo posee el 8.5% https://www.imf.org/en/Publications/fandd/issues/2022/03/Global-inequalities-Stanley?source=email&utm_campaign=covid19&utm_content=218305&utm_medium=email&utm_source=email_95

[5] https://carnegieendowment.org/russia-eurasia/politika/2024/11/russia-iran-trump-influence?lang=en

[6] https://carnegieendowment.org/europe/strategic-europe/2024/11/time-for-an-eu-security-council?lang=en

https://carnegieendowment.org/research/2024/11/geopolitics-and-economic-statecraft-in-the-european-union?lang=en&center=europe

[7] https://www.reuters.com/world/quad-expand-maritime-security-cooperation-bidens-farewell-summit-2024-09-21/

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