Ricardo Soberón Garrido[1]
La crisis política en el Perú, ha sobrepasado los límites domésticos, para convertirse en otro escenario de confrontación entre sectores políticos opuestos. El nivel de confrontación y agresividad alcanzados ha llamado la atención de la OEA, de la CELAC, de la ONU y otros órganos multilaterales. Además, los acontecimientos que han ocurrido desde el 7 de diciembre a la fecha, con más de 57 muertes, el descrédito absoluto de la clase política, se inscribe en un complejo escenario de confrontación entre Washington y Beijing por la hegemonía mundial, en el que la confrontación en Ucrania es un escenario menor. En esta oportunidad queremos detenernos en los temas que se encuentran detrás del discurso sobre disolución del Congreso, la reacción parlamentaria de la vacancia a Castillo y asunción de Dina Boluarte, la consiguiente ola de protestas masivas en gran parte del territorio, y una reacción desproporcionada de las fuerzas de seguridad que cuentan con un desmedido apoyo político y económico.
¿El cambio del péndulo del patio trasero hacia la seda?
La disputa por la hegemonía global entre EE. UU y China no solo ocurre en el Estrecho de Taiwán, el Cuerno de Africa o el sudeste asiático. Tiene en América Latina un escenario muy particular, Las inversiones chinas son del orden de los US$ 450,000 millones el 2022. La ciberseguridad (manejo de información sensible, espionaje comercial e industrial), la pesca ilegal de flotas chinas y las inversiones de ese país, representan todo un reto.
De acuerdo a las cifras existentes, todo parece indicar que China viene superando a Washington en sus inversiones en diversos países y sectores[2], desde Brasil, Argentina[3], Ecuador y Perú. En este último caso, China se ha convertido en el principal inversor directo con US$ 30,0000 millones, dejando atrás a EE. UU con US$ 18 millones. Existen hasta 170 empresas chinas operando en el país, en múltiples sectores, desde minería, construcción, tecnología, hasta pesca. Empresas como Zhougang, Chinalco, Las Bambas, son casos ejemplares de presencia de inversiones chinas en el país.
Esquema global de las 5 rutas de la seda, como gran proyecto geo económico de la China que incluye la ruta de la información: proyectar la idea de futuro compartido como parte de la gobernanza global.
Existe un particular interés por el mantenimiento de la “Ruta de la Seda” marítima y terrestre, desde territorio brasileño en el Atlántico, con el puerto de Chancay ubicado a 250 kilómetros al norte de Lima y El Callao, como principal puerto de embarque con destino a China[4], que puede dejar fuera del comercio a los puertos chilenos y de cualquier otro en el Pacífico Sur. Además, a través de una empresa Quoishco, China (40% capital peruano, almirante Carlos Tejada) manejo del puerto; a su costado la creación de un centro de innovación tecnológica para la elaboración de baterías de litio), así como una moderna autopista con dirección al Brasil a través de Oyón.
Ello explica el particular interés del gobierno de EE. UU en los acontecimientos del Perú, pese a que tiene alianzas estratégicas de seguridad, mayores con Colombia o el propio Chile. Primero se encargó de manifestar su apoyo a Pedro del Castillo reconociendo la particular debilidad de su gobierno. Biden firmó convenio con Perú con múltiples termas (septiembre 2021). Luego, el apoyo castrense en negarse a apoyar el desenlace del intento de golpe de estado, y ahora, en el mantenimiento de la situación posterior de sucesión presidencial con Dina Boluarte y su dificultad en sostenerse por la movilización y protesta social que ha ocasionado 60 muertes de peruanos y peruanas. Para ello, el nuevo gobierno otorga amplias facilidades y facultades a la Policía Nacional del Perú y las FFAA, para intervenir en los asuntos internos: recientemente entregó US$ 151 millones del Fondo de Contingencia para el SIMA[5], que permite la ampliación de cobertura marítima en el Pacífico.
La General Laura Richardson, jefe del Comando Sur desde octubre 2021, afirmó ante el tema de los recursos naturales es un asunto de seguridad nacional de su país[6]; es el caso del agua dulce, de minerales como litio o uranio, oro plata o cobre (le llaman rare earth elements). Debemos recordar la propiedad norteamericana en Southern, en Cerro Verde, principales centros de producción cuprífera en el Perú. En setiembre 2022 se realizó el SOUTHDEC2022 en Quito, es la Conferencia Sudamericana de Defensa, donde Richardson refirió las amenazas a la democracia de la presencia china, lo que ocasionó la respuesta airada de la Embajada de ese país en Ecuador[7].
A nivel doméstico y en pleno enfrentamiento político en el Perú, se acaba de firmar la Resolución Legislativa que aprueba los ingresos de unidades y el despliegue de hombres armados de los aparatos castrenses del Comando Sur. Otro elemento curioso es la reciente solicitud hecha por EE. UU a 6 países de la región[8], para la donación de armamento de origen ruso a Ucrania, particularmente los casos de Colombia y Perú.
Entre la Baja Intensidad y un gran caso de “lawfare”
Estamos frente a la segunda ola de progresismo latinoamericano, pero esta vez con características muy particulares: sin cohesión, con debilidades internas en cada caso, y con una derecha y conservadurismo muy bien asentado en Brasil, Argentina, Chile y en el resto de países.
En este ámbito, el Perú es un caso perfecto de “lawfare” en la región, que ha impedido un proceso constituyente, la radicalización de un gobierno, o ha permitido la judicialización de figuras públicas. Todo ello matizado por intensas campañas mediáticas para posicionar y determinar la opinión pública en un sentido, así como el mantenimiento de un permanente conflicto entre poderes del Estado. En el caso peruano, durante los 14 meses de la administración de Pedro Castillo se han realizado sucesivos intentos de vacancia, interpelación de ministros, censuras de gabinetes, además de comisiones investigadoras y todo tipo de articulaciones y procedimientos, además del direccionamiento de los órganos constitucionales.
En las actuales circunstancias, con una guerra sin fin en Europa, con compromisos geopolíticos en el Sudeste Medio Oriente, ¿qué capacidad tiene EE. UU de escalar su reacción frente al empuje chino en América Latina? Observamos que está jugando todas sus fichas de “soft power”, de “lawfare”, en el escenario doméstico peruano teniendo en la mira la presencia China y rusa en la región.
[1] Abogado, analista internacional, ex Presidente de Comisión Nacional para el Desarrollo de una Vida sin Drogas, DEVIDA
[2] Energías, infraestructura, minería, tecnología, sector financiero, inversiones en megaproyectos.
[3] US$ 23,000 millones el 2022, convenio suscrito en febrero de ese año. https://cnnespanol.cnn.com/2022/09/14/china-estados-unidos-afirma-amenaza-sudamerica-orix/
[4] Reduce de 21 a 14 días el tránsito comercial hasta costas chinas.
[5] https://www.infodefensa.com/texto-diario/mostrar/4153540/peru-habilita-financiamiento-opv-patrulleras-maritimas-buques-cabotaje
[6] https://actualidad.rt.com/actualidad/455823-jefa-comando-sur-eeuu-explica-importancia-latinoamerica
[7] https://www.planv.com.ec/historias/cronica/la-guerra-acusaciones-entre-china-y-eeuu-se-instala-quito
[8] Brasil, Argentina, Perú, Ecuador, Uruguay, Colombia.
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