LOS IMPACTOS GEOPOLITICOS DE LA POLITICA DE ARANCELES DE TRUMP

Por Ricardo Soberón

“Generational change in the international trade and financial systems. The root of the economic imbalances lies in persistent dollar overvaluation that prevents the balancing of international trade… Tariffs provide revenue, and if offset by currency adjustments, present minimal inflationary or otherwise adverse side effects, consistent with the experience in 2018-2019. While currency offset can inhibit adjustments to trade flows, it suggests that tariffs are ultimately financed by the tariffed nation, whose real purchasing power and wealth decline…” Stephan Miran, asesor económico de Trump [1].

Pocas veces en la historia internacional contemporánea, los actos de un solo país tienen tantas repercusiones en el globo, cono lo ocurrido tras el anuncio del 2 de abril de la política de aranceles recíprocos hechos por el gobierno del presidente Trump. Un primer nivel de análisis del impacto de la caída del petróleo a US$ 64 el barril y del oro a US$ 3.027 la onza, como primera reacción. Fue seguida de una importante caída de los índices financieros[2] se produjo el efecto rebote en Wall Street, pero los efectos comerciales tardarán en manifestarse y consolidarse, para identificar quien gana y quien pierde. 

Lo que no queda dudas es de la crisis de confianza en los sistemas vigentes, generada a escala global. Incluso le puede explotar al propio Trump, si la combinación de recesión e inflación puede ocasionarle problemas con la deuda pública norteamericana. The Economist lo señaló como: “el error económico más profundo, perjudicial e innecesario en la era moderna”. Por su parte, Wall Street Journal lo describió como “la guerra comercial más tonta de la historia”. Quizá podríamos rastrear algún antecedente en los efectos de la invasión de Polonia por las huestes de Adolfo Hitler, en septiembre de 1939, que desencadenó la Segunda Guerra Mundial. En algún momento se especuló incluso sobre la posibilidad que Trump decidiera revocar las medidas[3], tal es el nivel de incertidumbre.

En primer lugar, porque afectan a 185 países, casi todo el globo, incluyendo islas desiertas en Oceanía (en su primera gestión, la guerra comercial fue contra China). El nivel de escalada que se está produciendo entre EE. UU y China (así como el resto del continente asiático)[4] demuestran que no tiene cuando parar; el tema es determinar cuándo lo estrictamente comercial se convierte en un asunto de seguridad nacional. Se podrá convertir en una espiral de medidas y contramedidas que tendrá múltiples consecuencias, no solo en el comercio chino americano, sino que rebotará en otros participes del ciclo del comercio internacional. Es una clara muestra de coerción, intimidación y extorsión, con una absoluta falta de reciprocidad. Estamos al uso del arancel como instrumento de presión internacional con impactos sobre otras agendas y escenarios.

En segundo lugar, porque por la preponderancia de EE. UU en el sistema financiero, económico y comercial del mundo, su impacto es muy grande, casi determinante. Lo más contradictorio es que aparte de las posibles negociaciones que algunos países prefieren preferir para poder decantar el impacto arancelario, las tres únicas vías que por el momento parecen poder detener la política comercial restrictiva son los propios votantes (masivas protestas en diversas ciudades)[5], el Congreso (unidad de los demócratas y apoyo de algún republicano sensato) o las cortes americanas. No obstante, a nivel doméstico, aparte de Elon Musk o algún senador republicano, sus funcionarios se alinean con el presidente. Los más optimistas pueden aun soñar que se trate de una táctica negociadora del presidente.

Al parecer la OMC será reemplazada por mecanismos de negociación bilateral con Trump. Lo que necesita el mundo ahora son estrategias proactivas más que respuestas reactivas[6]. Por lo pronto, países afectados han empezado a tomar contacto y tender puentes para obtener garantías comerciales entre sí.

Además de las reacciones de los países afectados por los aranceles recíprocos, lo cual parece natural, me gustaría plantear y analizar la respuesta de dos de ellos: China la califica de “unilateralismo, proteccionismo y acoso económico”, Rusia la califica de “tormenta económica internacional”. Habrá que esperar que otros países o bloques reaccionan de manera autónoma o fuera de la caja respecto a tales medidas.


[1] https://www.hudsonbaycapital.com/documents/FG/hudsonbay/research/638199_A_Users_Guide_to_Restructuring_the_Global_Trading_System.pdf

[2] https://apnews.com/article/stocks-markets-nikkei-tariffs-trump-76d0de278a6cad291ace624a74a6a1b6?user_email=5649434dc4774f0ef36d405c3bf6be50a5e2292854ff0c32880a6fd5d41b63da&utm_medium=Morning_Wire&utm_source=Sailthru_AP&utm_campaign=Morning%20Wire_7%20Apr_2025&utm_term=Morning%20Wire%20Subscribers

[3] https://elpais.com/economia/2025-04-07/como-se-propago-el-falso-rumor-sobre-los-aranceles-que-desato-la-euforia-en-wall-street-en-minutos.html?sma=elpaisdelamanana_2025.04.08_2&utm_medium=email&utm_source=newsletter&utm_campaign=elpaisdelamanana_2025.04.08_2

[4] https://www.nytimes.com/2025/04/02/business/economy/trump-tariffs-chart.html

[5] https://www.npr.org/2025/04/05/nx-s1-5353388/hands-off-protests-washington-dc?utm_source=substack&utm_medium=email

[6] https://www.rbccm.com/en/insights/trade-and-tariffs.page?utm_source=gzero&utm_medium=newsletter&utm_campaign=strategicalternatives&utm_content=state-of-play&dclid=CIW2vsqdxowDFXni_QUdjcAplw&gad_source=7

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