- 25% PBI mundial (29% con nuevas incorporaciones)
- 16% comercio internacional (22%)
- 42% población (46%)
- 20% inversión mundial
La XV Cumbre de líderes BRICs en Johannesburgo (22 al 24/9), trajo novedades en el proceso de institucionalización de un multilateralismo que trasciende el antecedente de los No Alineados de los 70s, durante la época de la Guerra Fría. El viejo acrónimo acuñado el 2001 por el banco inversor Goldman Sachs, desde el 2009, busca aumentar su presencia global y luchar contra toda forma de neo colonialismo verde, pero están aún muy lejos de convertirse en un bloque de seguridad mundial. No obstante, en el camino tiene que enfrentar la amenaza que significa el sistema de alianzas militares de EEUU en el sudeste asiático, con Australia, Japón y Corea del Sur, respectivamente. Por ello, el interés geopolítico de las nuevas adhesiones, se refleja en el foco de los BRICS en el Atlántico Sur y África.
Mas bien, pretende estar a la altura de los nuevos retos globales: destrabar problemas de acceso a mercados para los países del Sur, lograr mejora de condiciones financieras (gobernanza FMI, BM, OMC), y sobre todo luchar contra la evidente desigualdad global. Para algunos analistas, es claro la búsqueda de una mayor influencia política en acontecimientos globales, pero lejos de una ruptura definitiva, como parece sugerirlo Sahay y Mackenzie[1], los BRICs buscan influir en un re equilibrio del sistema internacional.
En primer lugar, la consolidación de una alternativa no dual, prácticamente múltiple en torno a los grandes temas mundiales. En las actuales circunstancias, es muy importante, sobre todo considerando las tensiones actuales. Un reto es vencer los intereses nacionales de cada país. En el caso del actual gobierno de Modi en la India: compra petróleo ruso barato, arma una coalición geopolítica con Australia y Japón contra China, negocia transferencia tecnológica con Washington y va de compras en defensa a Francia.
Sin duda, la capacidad de los BRICs de incidir en el futuro en temas de Seguridad internacional, la reforma del esquema de Bretton Woods o de las actuales reglas de Comercio (OMC), dependerá del camino y alianzas que conformen y recorran. Por lo pronto se interesan por la seguridad alimentaria y energética, aunque falta definir ¿cómo?
Brasil de Lula, como una nueva impulsora de las acciones políticas de los países del Sur Global, debe andar paso a paso: acercamiento a China e India se verá en flujos de inversión directa (primera fábrica BYD de carros eléctricos chinos, se instalará en Bahía), en sectores como industria, construcción y tecnología. El 2024, el Brasil albergará la cumbre de los G 20.
No es un camino fácil, pues al final de cuentas los países, los Estados tienen escenarios y agendas individuales en el concierto internacional. Un primer análisis es que América Latina aun esta en la periferia de la periferia, no somos capaces de posicionar formas de pensar propios. Argentina se integra al BRIC a partir del 1 de enero 2024…Pese a los problemas que le afligen, el mundo árabe/persa ha podido recibir invitaciones para incorporar a países petroleros como Irán, Arabia, Emiratos, Etiopía y Egipto.
La reciente visita de presidente Fernández a China, reunión con Dilma Roussef presidenta del New Development Bank en Shangai, avances en el terreno financiero: en el terreno de la ampliación de los swaps que permitan transacciones, así como el pago con yuanes u otras monedas que acuerden los países. Argentina también adhiere al Nuevo Banco de Desarrollo (como antes lo hicieran Bangladesh, Egipto y Emiratos Árabes), en busca de una nueva arquitectura financiera, pero esta todavía tiene que consolidarse y aumentar sus carteras: US$ 33,000 millones en ocho años, a mucha distancia de lo que mueve el Banco Mundial en un año (US$ 78,000 millones).
[1] “El Nuevo Orden de los BRICS”, en https://legrandcontinent.eu/es/2023/09/05/el-nuevo-orden-de-los-brics/